bilbao. El Departamento de Salud confirmó ayer que el sistema vigente de cita previa telefónica que puso en marcha el consejero de Sanidad Rafael Bengoa durante el Gobierno de López se suspenderá a partir de otoño, volviendo a la asistencia directa personal, tal y como adelantó ayer DEIA. Desde el Departamento dirigido por Jon Darpón destacan que la supresión de este sistema no afectará a otras parcelas de las herramientas de comunicación e interacción no presenciales de las que dispone Osakidetza en el servicio O-Sarean, en las que no obstante se aplicará una serie de mejoras.

Este era uno de los proyectos estrella del consejero Bengoa. El otro fue el dirigido a los crónicos y ayer precisamente se supo que únicamente 1.500 de estos enfermos se han registrado en el sistema Kronikoen Sarea, que pretende poner en contacto a enfermos crónicos con el fin de compartir experiencias.

En relación a la supresión de la cita telefónica mediante contestador, Salud aseguró ayer que la vuelta a la atención personal se da "ante la existencia de numerosas quejas sobre su mal funcionamiento y la escasa operatividad de esa fórmula de atención telefónica". Esta alternativa, que está en fase de desarrollo y análisis, busca corregir la situación actual. La medida comenzará a aplicarse tras el verano, empezando por Araba. Se pretende que primero el paciente sea atendido por una persona, dejando en un segundo plano el contestador.

"acabas colgando" Los testimonios recogidos ayer por DEIA en el ambulatorio portugalujo de Repelega son una muestra de las quejas que ha recibido el sistema actual. Los miembros del servicio de auxiliares administrativos acogen la corrección con alivio ya que han sido los encargados de recibir "a la gente enfadada que no conseguía cita con el servicio telefónico". Según explica Madiesda Jiménez, una de ellas, "para los pacientes es mejor la atención directa con personas, sus quejas nos rebotan a nosotros y además quita muchos puestos de trabajo. Es un servicio que ha retrocedido en la atención al paciente". Por su parte, a su compañera Yolanda Salvador también le parece mal que se implantara el sistema, por razones laborales, pero considera que "es peor que ahora lo vuelvan a cambiar".

El objetivo general del plan de atención sanitaria en Red era mejorar la atención de cara a los pacientes. Izaro Llorente, paciente de 22 años, explica: "Es complicado conseguir cita por internet, del teléfono ya me he olvidado, porque es imposible hablar con una máquina". Los jóvenes se habitúan con más facilidad a estos cambios tecnológicos, pero las personas que más acuden a los centros de salud son los mayores. Tres ancianos comentaban en la sala de espera del ambulatorio que siempre acuden al mostrador a coger cita personalmente porque no se "apañan bien" con el actual sistema. Sin embargo, Rosa Clara Pérez, a sus 63 años, admite que la coge por internet, pero le parece bien que retiren el contestador porque "lo de la máquina es muy frío".

Irene Samperio, una paciente que ha intentado coger cita por teléfono, asegura que "te vuelven loca y acabas colgando; así lo único que consiguen es que tengas que venir al mostrador a pedir cita". El actual sistema de citación de atención primaria no se ajusta, según parece, ni a las demandas de los pacientes ni a las de los trabajadores de los centros de atención primaria. Estos últimos explican que "tenemos que atender personalmente a más gente, antes por teléfono los pacientes se arreglaban muy bien".

Las sanitarios del ambulatorio están a favor de que se retire el sistema de citación actual. "Para los pacientes es un lío", explica la enfermera Irune Castañares, si bien algunos de estos profesionales destacan la utilidad de la asistencia "no personal" que permite consultas medicas entre el paciente y un consejo sanitario a través de teléfono.

Otra de las quejas llega de Cristina García, usuaria de Osakidetza, que expone su mala experiencia con el sistema: "Tras una noche realmente mala, lo que menos te apetece es discutir con una máquina, la última vez que estuve enferma me quedé en la cama". Pili Rodrigo, madre de tres hijos, ha tenido que pedir muchas citas y según explica, "ahora tengo que ir a pedirlas personalmente, lo que supone tener que perder más horas de trabajo para los médicos del pequeño". Otros pacientes, como Juan Ignacio Marcos, aprovechan la ocasión para arremeter contra todos los contestadores, "que si el medico, que si en Lanbide, todo con máquinas y al final te tienen que poner con una persona porque las grabaciones no te resuelven las dudas".