Bilbao. Agustín Iturriaga Elorza nunca construyó castillos en el aire. Sus sueños fueron realidades en vida. Este doctor ingeniero industrial falleció el martes a la edad de 83 años. Fue decano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Bizkaia (COIIB) y presidente de la Asociación desde 1988 hasta el año 2007, formando parte de su Junta de Gobierno desde 1960 en distintos cargos. Asimismo, cumplió el cargo de presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales -de todo el Estado-, entre 1990 y 1997 y también presidente del Consejo de Ingenieros Industriales del País Vasco. Está considerado un referente en la materia a nivel estatal. "Por encima de sus cargos, yo pondría el factor humano", quiso destacar a DEIA ayer Josu Sagastagoitia, también exdecano del COIIB y exgerente de Metro Bilbao.

Iturriaga, nacido en Bilbao el 23 de diciembre de 1928, recibió a la edad de 75 años el Premio Nacional de Ingeniería Industrial en 2003 por su contribución al prestigio de esta disciplina que Iturriaga definió en una entrevista concedida a este diario como "la ciencia que se ocupa principalmente de mejorar los procesos industriales, los proyectos y servicios". El príncipe Felipe le hizo entrega del galardón.

El vizcaino desarrolló su vida profesional en el sector cementero. "Ha mantenido una participación relevante en la actividad institucional de la ingeniería y de la sociedad, colaborando con numerosas instituciones y a su nivel profesional hay que añadirle su gran calidad humana como rasgo fundamental", valora Carlos López de Letona, secretario técnico del COIIB, Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Bizkaia.

Hace más de ocho décadas, Iturriaga nació en el seno de una familia agricultora por vía paterna y artesana por la materna. Su madre y padre fueron maestros del Ayuntamiento de Bilbao. El pequeño Agustín no contaba con antecedentes familiares en relación con la ingeniería, "sin embargo, su abuelo materno, también llamado Agustín, tenía un taller de construcción de persianas enrollables en la calle Egaña, en el centro de Bilbao, en medio de numerosos talleres, fundiciones y demás pequeños negocios industriales, que salpicaban el Bilbao de los años 50. Fue allí donde nació en su interior el embrión de la vocación a la Ingeniería", valoran desde el COIIB.

industria cementera Ingeniero Industrial del plan de "los dos ingresos y seis cursos más" recibió clases de Domicio Díaz Tuesta y Félix Ara y Olalde y fue "sufridor de aquellos exámenes, siempre orales, con bombo y extracción de bolita", matizan. Vinculada toda su vida profesional a la industria cementera, cumple aquello que él mismo decía: "El cemento fragua y el que dentro queda nunca sale ya". Al terminar la carrera trabajó en Cementos Portland, en Nafarroa. Más adelante, en Cementos Ziurrena de Sestao, y acabó montando "a su gusto" una fábrica en Huelva y la de Arrigorriaga de Cementos Rezola. En esta última firma se jubiló en 1993.

Colegiado desde 1955, unos amigos "le empujaron" siete años más tarde a presentarse a la Junta del Colegio. Dejó el cargo dos años después para dedicarse de lleno al montaje de la planta de Arrigorriaga.

En 1982 entró como vicedecano en el COIIB y en 1988 se presentó a decano, cargo que ejerció durante dos décadas hasta finales de 2007. Entremedio, fue elegido en 1990 presidente del Consejo General de Decanos de los Colegios Industriales hasta 1997.

Iturriaga fundó el Coro de Ingenieros de Bizkaia, "nacido desde una vieja aspiración suya y que vio la luz en febrero de 1997", valoran desde el COIIB y concluyen que su familia ha sido muy importante para él, dedicándose intensamente a sus seis hijos y quince nietos. "Descanse en paz", desean.