Urduliz. El bilbaino Miguel de Unamuno dejó escrito: "Cuando se muere alguien que nos sueña, se muere una parte de nosotros". Algo así ha sentido la familia de la soñadora María Begoña Ugarte Aguirre y también le falta algo al aún existente bar La Estación de Urduliz. La vizcaina falleció el pasado 27 de octubre, a los 61 años de edad, en Gorliz.
Begoña nació el 29 de diciembre de 1949. Era hija de Kirru (Juan José Ugarte Bilbao), de Urduliz, y de Demetria Aguirre Zorrilla, de Castro Urdiales, matrimonio que regentaba y vivía en el bar La Estación de la primera localidad costera. Tuvieron tres hijas: las mellizas María Begoña y María del Carmen; y María Jesús. La mayor cursó sus primeros estudios en la escuela de La Campa en Urduliz pasando a hacer el Bachillerato en Plentzia y más adelante Secretariado en una academia de Bilbao.
Los cinco vivían en el sótano del citado bar, estando la planta a pie de calle dedicada al bar, barra, comedores y cocina. En ese ambiente, haciendo de camarera junto con sus hermanas, ayudando a sus padres en el trabajo diario de dar de comer y atender sobre todo a los trabajadores de la gran empresa que era en aquella época Mecánica de La Peña, es donde creció hasta que a los dieciséis años falleció su padre.
Unos meses después, Begoña comenzó a trabajar en Mecánica de la Peña simultaneando ambos trabajos, haciéndose cargo las hermanas y la madre del bar. En aquella época la menor de las hermanas tenía doce años con lo que la situación familiar se hizo complicada. Esta idiosincrasia se mantuvo hasta los veinte años, edad en la que se casó con Antonio Ciriero, que era un trabajador de su misma empresa. En ese momento, ella dejó de trabajar en la firma y volvió a ayudar a su familia en el bar.
Begoña y Antonio tuvieron dos hijos, Juanjo e Iñigo, en 1970 y 1972. Vivieron en todo momento en Urduliz, al lado de La Estación. En 1981 regresa la tristeza a la familia al fallecer la madre de Begoña, cuando las tres hermanas estaban ya casadas y con hijos. En 1985, las hermanas Ugarte deciden dejar el bar en el que habían estado toda su vida y dedicarse a sus familias.
"Bego no podía estarse quieta y un par de años después en el mismo Urduliz se pone a regentar el estanco, al que añadió una tienda de regalos", explica la familia. Mantuvo esta labor hasta mediados de los años 90. Al poco tiempo, se divorció el matrimonio. Durante estos años, y hasta la fecha de fallecimiento, siguió residiendo en su querido municipio, al lado de sus hermanas y unas de sus mayores alegrías de estos años fue el nacimiento y cuidado de sus nietos, Nekane y Lander en 2003 y 2007 respectivamente.
muy afable "Todo el mundo le conocía como Bego, fruto de todos los años que se pasó en el bar y en el estanco", explica la familia que le retrata como "de muy fácil relación y muy afable, le gustaba mucho hablar con la gente, y su cara era muy expresiva, podías adivinar su estado de ánimo desde lejos, cuando se enfadaba fruncía el ceño y no soltaba ni palabra".
Por todos será recordada, además, como una excelente cocinera, fruto de sus años en el bar con su madre y hermanas: "En cinco minutos era capaz de preparar mesa y comida para todos los que fuera necesario y le encantaba cocinar para los demás".
A partir del divorcio, colaboró durante diez años con una ONG de la parroquia de Urduliz que traía niños de Bielorrusia a pasar el verano, y "durante algunos veranos los pasaba con una niña de allí, hasta que ya tuvo que dejar de traerla cuando esta llegó a la adolescencia y no quiso encariñarse con otra". Begoña Ugarte estuvo afiliada al partido político EA desde la escisión desempeñando diversos cometidos a nivel municipal. Durante los últimos años se aficionó a las flores, poniendo empeño en decorar su balcón para presentarse al concurso que convoca el Ayuntamiento todos los años.
Mención aparte en su vida merece el balonmano, no como aficionada ni como practicante sino como mujer de la persona que fundó el club en Urduliz y como madre de dos hijos que practicaban este deporte. "Desde su fundación acompañó con las mujeres de los jugadores, hizo desplazamientos los fines de semana, lavó ropas, guardó trofeos, equipajes?", le agradecen, todo ello hoy, que precisamente cumpliría 62 años.