iurreta. Al barrio de Orozketa se le ha apagado un motor: Uno de los más importantes que hacía mover la maquinaria sociocultural del distrito. Doroteo Biritxanaga Ansoleaga falleció el pasado 19 de julio a los 78 años. Aunque nacido en Ermua y crecido en Berriz, vivió la mayor parte de su vida en Orozketa, donde se convirtió en el representante de la cofradía de este barrio de Iurreta que incluye las ermitas de Santiago, Santa Apolonia y San Andrés. Biritxinaga trabajó en esta labor desinterasada junto a Teodoro Bereziartua -durante cuatro años- y junto a Juan Duandikoetxea, durante 24 más. Hace dos años, cogieron el cargo Bittor Amezua y Ziriaco Atutxa.
Biritxinaga fue uno de los almas máter de este bonito barrio rural. Siempre trabajó por el bien de los vecinos de la cofradía, una de las seis del municipio, de 1856. Las otras cinco son: Iurreta, San Marko, San Fauste, Santa Maña y Goiuria. Es una institución común de antaño en las Anteiglesias de Bizkaia que ha perdurado en muy pocos pueblos.
Doroteo nació el 25 de junio de 1933 en Ermua. Su padre fue Marcelino Biritxinaga y su madre, Josefa Ansoleaga. Fue el undécimo de doce hermanos y criaron a uno más, Vicente, uno de los primeros pelotaris que viajaron a América. La familia se mudó a vivir a Berriz, al caserío Onandia. La Guerra Civil la vivió con entre 3 y 6 años. Contaba que vio caer un avión alemán cuando jugaba en otro caserío y que los pilotos nazis salieron vivos. "Decían : ¿Territorio nacional? Y que les daban chocolatinas", recuerda su familia.
Doroteo aprendió canciones de aquel tiempo, bertsos que cantaba su madre. "¡Qué pena no haber aprendido todos", enfatizaba. Con 18 años, salía de madrugada con las dos vacas y el carro a recoger helechos a Oiz, Otxandio o Elgeta. Trabajó en Boluntxu de Berriz, Olma de Durango y Arin (Estampaciones Bizkaia).
Se casó con Mari Berta Mendiolagaray en 1962 y tuvieron tres hijos: Luis, Inma y Marisa. Los cuatro reconocen el compromiso que Doroteo tuvo siempre con su familia y la cofradía. Gestionó la llegada del teléfono, los terrenos para un frontón, fue uno de los fundadores del txoko en 1972, lamentaba que la ermita que se derrumbó permaneciera en un limbo jurídico. "En lo de la ermita, nos ayudó mucho el Padre Zavala, pero falleció al poco tiempo... Si estuviera vivo seguro que ya estaba reconstruida", valoran. "Aitte, fue un currante para casa y el barrio", subraya Luis. "Se pegó donde fuera por el barrio, porque no les quitaran posesiones. Él decía que sin ser religioso había que ir a misa, como excusa de encuentro semanal para conocer las necesidades de los vecinos... Era del dicho de misa y mesa".
Biritxinaga -productor del txakoli Etxan desde 1996- "parecía serio, pero le gustaba la juerga y chinchar", señala su mujer. Era pelotazale, bertsozale y el día de San Miguel no faltaba en la plaza de Iurreta. Tenía el don de saber escuchar. Su último encargo fue un elegante escudo de Orozketa tallado en madera para la capilla del txoko, en la escuela de barriada. Seis días antes de su presentación social en las fiestas de Santiago, se despidió. El barrio le echa en falta.