dicen que una vez hubo un político que, con intención de animar a la población, les dijo lo siguiente: "Queridos paisanos y paisanas, ayer estábamos al borde del precipicio, pero ¡hoy daremos un paso adelante!". La mayoría de la gente aplaudió y celebró esas palabras; pero hubo quien, escuchándolas fríamente, se lo pensó dos veces antes de dar ese paso sin retorno.

Leyendo la prensa estos últimos días, hemos tenido una sensación similar. Los departamentos de Educación, Salud, Cultura, Interior, Justicia y Administración Pública del Gobierno Vasco reconocerán los niveles B1 y B2 a quienes hayan cursado en euskera la mitad de los estudios de ESO o Bachiller, respectivamente. A los universitarios se les reconocerán los niveles C1 y C2. (Aplausos).

Han explicado todo detalladamente, excepto una cosa: ¿En qué se basan? ¿Qué criterio han seguido? ¿Las referencias que marca el Marco Común Europeo de Referencia para la Enseñanza y Evaluación de las Lenguas? ¿En los resultados del informe PISA? ¿En las evaluaciones diagnósticas que hace (hacía) el ISEI-IVEI? ¿Acaso han medido y evaluado la capacidad lingüística en euskera de todos los alumnos de ESO y Bachiller? Al fin y al cabo, ¿en qué se han apoyado para dar ese paso adelante?

B1, B2, C1... Para la mayoría de las personas esas letras y números pueden ser nombres de vitaminas, o de los permisos de conducir. Pero en lo que respecta a la aptitud para comunicarse en un idioma, se trata de aptitudes bien definidas, que recogen conocimientos, estrategias y competencias comunicativas.

Todo esto lo han hecho desde los departamentos de Interior, Justicia, Administración Pública... y, así, han decidido que cualquier estudiante de modelo B, sea de Aramaiona o de Gasteiz o Laguardia, tiene esas aptitudes para comunicarse solo por haber estudiado en ese modelo, y quieren dar un paso adelante y que todos lo demos. En definitiva, el Euskera dará un paso adelante. ¿Al precipicio?