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Tráfico del Gobierno vasco desactiva once radares de las carreteras de Euskadi

Tráfico crea el CATIT para agilizar la tramitación de las sanciones y mejorar las garantías jurídicas para los conductores

Tráfico del Gobierno vasco desactiva once radares de las carreteras de EuskadiFoto: zigor alkorta

BILBAO. La Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco ha puesto en funcionamiento el Centro Automatizado de Tramitación de Infracciones de Tráfico (CATIT), un órgano diseñado específicamente para agilizar la tramitación de los expedientes por infracciones, disminuir los plazos de comunicación y mejorar las garantías jurídicas de los expedientes.

La puesta en marcha de este sistema automatizado llevará aparejada la desactivación de once radares, una decisión que en gran medida se debe a la mejora general que han experimentado las condiciones de circulación y la seguridad en las carreteras de Euskadi.

La Dirección de Tráfico ha impulsado a lo largo de los últimos meses una mejora decisiva en el sistema de gestión de las infracciones que se captan de manera automática en la red viaria vasca. Este tipo de infracciones por exceso de velocidad detectadas automáticamente por los radares fijos suponen un volumen importante dentro del global de irregularidades viarias cometidas en Euskadi (en torno al 40%) y su tramitación, ágil y eficaz, se ha convertido en uno de los objetivos preferentes de mejora para la Dirección de Tráfico vasca.

Para lograr esta mejora, se ha puesto en marcha el Centro Automatizado de Tramitación de Infracciones de Tráfico (CATIT), ubicado en las instalaciones del Centro de Gestión de Tráfico de Euskadi, en Txurdinaga (Bilbao).

Su objetivo es gestionar de manera unificada y en tiempo real la totalidad de la información facilitada por todos los radares fijos, comprobar las infracciones, contrastar los datos del vehículo con los registros de la DGT y dar inicio de manera inmediata al proceso de comunicación al infractor. Todo ello a través de un sistema informático y de telecomunicaciones que conecta los dispositivos a pie de carretera con el centro de operaciones del CATIT.

Comunicaciones en quince días

El resultado es un proceso mucho más rápido, con una mejora que se estima que a medio plazo permitirá comunicar a los usuarios en torno al 90% de las infracciones en un plazo no superior a los quince días hábiles, lo que contribuirá a evitar los casos de acumulación de infracciones a un mismo conductor que se registraban en ocasiones anteriores. A la rapidez en la tramitación se le suma una implementación en las garantías jurídicas del proceso sancionador, con una supervisión unificada por los operadores de todas las circunstancias concurrentes en la infracción, lo que permitirá minimizar la posibilidad de errores o de datos incorrectos.

La puesta en marcha del CATIT supone un avance decisivo en la racionalización y mejora de la propia estructura de la Dirección de Tráfico, una mejora que, además, se ha realizado íntegramente con recursos propios, sin incremento presupuestario alguno y sin aumento del personal dedicado a la tramitación de los expedientes. Todo ello guiado por un objetivo global de trabajar mejor, no para aumentar el número de sanciones sino para mejorar la tramitación y las garantías de las ya existentes.

Desactivación de radares

El proceso de automatización que implica el CATIT va aparejado con una actualización del mapa de radares de la Comunidad. La evolución de las condiciones del tráfico a lo largo de los años, la mejora de la seguridad y el descenso de la siniestralidad, unidas a otros factores como el cambio de las condiciones y el trazado de algunas carreteras, permiten conseguir los mismos niveles de control global de la circulación con menos dispositivos. Así, durante las próximas semanas la Dirección de Tráfico desactivará progresivamente once radares situados en carreteras de Bizkaia y Gipuzkoa.

Algunos de los dispositivos de medición de la velocidad a desactivar se encuentran en tramos en los que existen otros radares y en los que la siniestralidad ha disminuido de manera significativa, por lo que se considera que se puede conseguir el mismo nivel de control de la seguridad viaria con menos dispositivos. En otros casos, el tramo en el que se situaba el radar ha cambiado sus características, por lo que se estima que ya no resulta necesario.

En cualquier caso, tras la desactivación Tráfico analizará la evolución de la seguridad en dichos tramos durante los próximos meses y, en su caso, podrá corregir eventuales desviaciones negativas mediante la utilización de los radares móviles de la Ertzaintza e, hipotéticamente, incluso poniendo nuevamente en marcha el radar desactivado, dado que las cabinas que los alojan no serán retiradas.

El mayor porcentaje de radares a desconectar, ocho en total, se encuentra en Bizkaia, en la A-8, la N-240 y la BI-637. En Gipuzkoa se desactivarán tres, situados en la A-15 y en la GI-21. Las cabinas con los radares desactivados perderán su actual color reflectante, para diferenciarlas de las que se encuentran activas, y asimismo se eliminará la señalización viaria relacionada con las mismas.