Bilbao. Seis días después de cumplir 72 años, la actriz británica Susanna York falleció el 15 de enero a causa de un cáncer, informó su hijo, Orlando Wells. Destacada intérprete en la década de los sesenta, York trabajó tanto en cine como en televisión y en teatro, y fue candidata al Oscar como Actriz Secundaria por su papel en Danzad, danzad malditos (1969), de Sydney Pollack -cinta en la que Gig Young obtuvo el Oscar como Mejor Actor de Reparto y que partía con ocho nominaciones: al mejor director, a la mejor actriz principal (Jane Fonda), a la mejor dirección artística, al mejor guión adaptado, al mejor montaje, a la mejor música, y al mejor vestuario. Danzad, danzad malditos sigue manteniendo el dudoso honor de ser la película con más nominaciones a los Oscar (9) sin estar nominada como Mejor Película-. Por su papel en esta película estuvo también nominada a los Globos de Oro y ganó el Premio Bafta, galardones otorgados por la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión.

En declaraciones al semanario Sunday Telegraph, su hijo dijo que ella fue una "madre fantástica". "Nada le gustaba más que cocinar un buen asado el domingo y sentarse junto a una fogata en las tardes de invierno. En cierto sentido, era muy hogareña", dijo Orlando Wells, para añadir que tanto su hermana Sasha como él se sentían "increíblemente afortunados" de haberla tenido como madre.

Con su cabello rubio y sus impactantes ojos azules, Susannah York fue una de las actrices británicas más destacadas en los años sesenta, cuando se encontraba en su plenitud artística junto a su compatriota Julie Christie. Su último papel lo realizó en la película The Calling, estrenada en 2010.

Nacida el 9 de enero de 1939 en el barrio londinense de Chelsea, York creció en Escocia, donde, a los seis años tuvo que enfrentarse al divorcio de sus padres. Estudió en la Real Academia de Arte Dramático en 1959 y ganó el premio Ronson como la estudiante con las mejores perspectivas de éxito.

Uno de sus primeros trabajos en las pantallas fue para la televisión, donde brilló con luz propia como Abigail en la obra El crisol de Arthur Miller, frente a un entonces también joven Sean Connery. Reconocida con varios galardones, intervino en películas como Tom Jones y Un hombre para la eternidad, y trabajó con Elizabeth Taylor, Marlon Brando, Montgomery Clift y Peter O"Toole.

debut cinematográfico Su debut en el cine lo hizo en un clásico británico, Whisky y gloria (Ronald Neame, 1960), donde era nada menos que la hija de Alec Guinness. Fue, como se suele decir, llegar y besar el santo, pues durante diez años acertó plenamente en sus películas, de modo que se fabricó una sólida carrera actoral.

Mujer inquieta, llama la atención que en el mismo año, 1969, es capaz de estar en dos películas sobre la guerra de muy distinto fuste, la clásica La batalla de Inglaterra (Guy Hamilton) y la sátira de Richard Attenborough ¡Oh, qué guerra tan bonita!

En cambio, en los 70 apostó por títulos más controvertidos y minoritarios, como Salvaje y peligrosa (1972), donde coincidió con Elizabeth Taylor y Michael Caine. No haría ascos a un papelito comercial sin ningún interés como el de madre de Supermán en la película homónima de 1978, donde al menos tuvo la oportunidad de compartir paternidad con Marlon Brando, quien cobró cuatro millones de dólares por un papel de diez minutos (recibió, apróximadamente, 250.000 dólares por cada día de trabajo).

"Ella fue una actriz muy versátil, le gustaba cambiar los papeles", dijo a la BBC el director de la revista Empire Magazine, Chris Hewitt.

Al margen de su trabajo, York apoyaba la Campaña contra el Desarme Nuclear y a Mordechai Vanunu, el técnico encarcelado durante 18 años por revelar el programa nuclear secreto de Israel.