Bilbao
alo largo del año que lleva Patxi López como lehendakari, el Ejecutivo vasco se ha caracterizado por su afán en que se visualice un cambio con respecto a los gobiernos nacionalistas. El mismo Patxi López, que aseguró que su intención era "huir de la política de frentismos", ha hecho de la cuestión identitaria, en este caso de claro tamiz españolista, uno de los ejes básicos de su actuación. Las ausencias en momentos claves, como el secuestro del atunero Alakrana, es otro de los debes del líder socialista, que ha visto como, encuesta tras encuesta, la sociedad vasca no acaba de depositar su confianza en él.
Mayo 2009
Toma de posesión
El 7 de mayo de 2009 Patxi López era investido como lehendakari en un acto celebrado en la Casa de Juntas de Gernika y en el que el nuevo inquilino de Ajuria Enea no utilizó el juramento que con anterioridad habían empleado sus predecesores Carlos Garaikoetxea, José Antonio Ardanza y Juan José Ibarretxe. Dos días después, el 9 de mayo, tomaban posesión de sus cargos los diez consejeros del Gobierno López. En una clara demostración de lo que iban a ser las prioridades del nuevo Ejecutivo, el primero en prometer su cargo -en castellano- fue Rodolfo Ares, responsable de Interior, y tras él fue Isabel Celaá, consejera de Educación, quien, en euskera, tomó posesión. Interior y Educación se convertían, de este modo, en los dos principales caballos de batalla del Gobierno presidido por López.
Dos meses antes, el 1 de marzo, habían tenido lugar las elecciones al Parlamento Vasco, unos comicios en los que resultó ganador el PNV con una diferencia de 80.000 votos y cinco escaños con respecto al PSE. Aunque a lo largo de la campaña electoral López negó acuerdos con los populares e insistió en su negativa a reeditar lo que él calificó política de frentismo, la misma noche electoral cambió la pose circunspecta que mostró al conocer los resultados a pie de urna por el júbilo que le produjo el saber que la pura suma aritmética -los escaños del PSE más los del PP- le otorgaban la posibilidad de desbancar al candidato del partido mayoritario, Juan José Ibarretxe, para convertirse en el nuevo lehendakari.
Mayo 2009
Pacto con el PP
"La situación de esquizofrenia en el PSE por el pacto con el PP nos puede pesar". Así se manifestaba el alcalde de Donostia, Odón Elorza, en una entrevista concedida a DEIA. Sin embargo, la apuesta crítica del primer edil de la capital guipuzcoana no parece tener mucho recorrido dentro del PSE. Patxi López es consciente de que le debe el cargo de lehendakari al PP y los populares, por activa y por pasiva, no han dejado de recordarle esta circunstancia. Así, en las jornadas previas al debate de investidura, el presidente del PP en la CAV, Antonio Basagoiti, le dejó claro a López que los trece parlamentarios populares en Gasteiz permitían a esa formación "quitar y poner lehendakaris". Una frase tajante de la que se ha derivado por un lado que el PP está en una posición muy cómoda en el Parlamento y, por otro, que el PSE, y especialmente Patxi López, se han convertido en rehenes del PP.
De cara a las elecciones municipales y forales del próximo año, la intención de ambas formaciones es reeditar este pacto. El presidente del PP en Araba, Alfonso Alonso, lo dejó claro en una reciente entrevista: "Es inevitable una extensión del pacto PSE-PP en las próximas elecciones de 2011 si nos creemos de verdad el cambio político"
julio-septiembre 2009
Ares toma protagonismo
En su afán por hacer visible el preconizado nuevo rumbo del Ejecutivo, la primera actuación del Gobierno de López fue una guerra sin cuartel contra los carteles alusivos a ETA o sus presos a lo largo de la geografía vasca. Apoyado en una resolución de la Audiencia Nacional en la que se ordenaba retirar de una calle de Arrasate una serie de fotografías de presos de la organización armada, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, aseguró que la Ertzaintza "actuará contra quienes colaboren o faciliten la colocación de fotografías". Así, dotaciones de la Ertzaintza comenzaron a retirar de la vía pública toda clase de emblemas, tanto si eran fotografías de presos de ETA o pancartas de apoyo. Se actuó en txosnas festivas e incluso se entró en algunas herriko tabernas para requisar el material allí expuesto. El Departamento de Interior mandó una carta a los ayuntamientos vascos en la que se les recordaba que la Ley de Víctimas aprobada por el Parlamento Vasco les obligaba a retirar las pintadas a favor de la banda. Interior y Eudel firmaron un acuerdo por el que el Gobierno vasco aprobó una partida de 500.000 euros para que los municipios vascos cumplieran con la Ley de Víctimas y retiraran de sus calles toda simbología que hiciera referencia a ETA.
Y es que la Ertzaintza ha sido uno de los ejes fundamentales del Gabinete López en este año. Con Ares como abanderado, nada más acceder los nuevos responsables de Interior, además de cambiar a los mandos de la Policía vasca, se estableció una política de sustitución de emblemas. Aunque puede interpretarse como algo nimio, un buen ejemplo de este afán por obviar todo lo que pudiera provenir del anterior equipo de Interior es que Ares se encontró con una remesa de 2.500 buzos para la Ertzaintza con un novedoso escudo en la manga izquierda compuesto por una orla con la E gótica de Euskadi en el centro. Este diseño había sido aprobado en 2007 por la Consejería entonces dirigida por Javier Balza. El Gabinete López no vio con buenos ojos este nuevo distintivo y, tras estar varias semanas en un almacén, por fin se repartieron los buzos, pero a los que se les había despegado el escudo.
octubre 2009
Secuestro del "Alakrana"
Estos doce meses transcurridos desde que Patxi López llegara a Ajuria Enea se pueden calificar también como los del año de las ausencias en momentos claves de su mandato. De entrada, el Ejecutivo socialista no ha presentado ante el Parlamento su proyecto de Gobierno y basa su acción de trabajo en el acuerdo programático con el PP.
Más criticada fue la actuación del jefe del Ejecutivo vasco a lo largo de los 47 días -desde el 2 de octubre al 17 de noviembre de 2009- que duró el secuestro por piratas somalíes de los 36 miembros del atunero bermeotarra Alakrana. López delegó lo referente al secuestro en la consejera de Pesca, Pilar Unzalu, aunque el lehendakari tuvo una actuación clave en el devenir del destino de los arrantzales cuando, tras el arresto de dos piratas, mantuvo una conversación con la vicepresidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, a la que exigió un gesto de firmeza. La respuesta fue el envío al Estado español de los dos piratas detenidos, lo que, a la postre, alargó el secuestro de los miembros del Alakrana. Tras la liberación, un ataque de ciática, según fuentes oficiales, impidió la comparecencia ante la prensa del lehendakari.
En las sesiones del Parlamento, Patxi López también se ha acostumbrado a distanciar sus comparecencias, delegando en los responsables de cada Consejería o en el portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, las contestaciones a las interpelaciones de los partidos de la oposición. Hasta tal punto han llegado los desplantes de López, que Aralar criticó recientemente el hecho de que el lehendakari no haya respondido a ninguna de sus interpelaciones.
Enero 2010
Descalificaciones de Pastor
Mucho más grave fue lo sucedido el pasado mes de enero. Agentes de la Ertzaintza detuvieron en las localidades de Ondarroa, Mutriku, Deba y Gizaburuaga a los presuntos miembros de un comando legal de ETA. José Antonio Pastor, portavoz parlamentario del PSE, aseguró que "no quiero echar tierra sobre el Gobierno anterior, pero es claro que, por unos motivos o por otros, no se produjeron detenciones de ningún tipo por parte de la Er-tzaintza". Además, Pastor sostuvo que el éxito policial estaba relacionado con "una intencionalidad política y una estrategia muy concreta para que la Ertzaintza se preocupe definitivamente de un tema tan importante".
José Antonio Pastor dio a entender que hasta entonces la Ertzain- tza no había actuado de forma contundente contra ETA, olvidando los quince ertzainas muertos entre 1985 y 2001 a manos de miembros de la organización armada, tanto en atentados como en enfrentamientos. Al portavoz del PSE se le olvidó, además, añadir el dato de que los entonces detenidos ya eran objeto de seguimiento por parte de la Ertzaintza desde julio de 2008, cuando el responsable de Interior del Gobierno vasco era Javier Balza.
enero 2010
Quiebros ante la crisis
Las ausencias de López también pueden ser extensibles a la política económica. El Ejecutivo vasco utilizó el verano para lanzar a bombo y platillo la creación de seis mesas interinstitucionales para la lucha contra la crisis económica. Su puesta en escena estuvo acompañada por la polémica, dado que el equipo de López criticó que en las mismas no participaran directamente los diputados generales de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba. Sin embargo, aquellas mesas interinstitucionales no tuvieron ningún recorrido y apenas si han celebrado reuniones.
El pasado mes de enero se creó una comisión de asesores, un grupo de expertos que debían aconsejar a Patxi López en materia económica. Entre los convocados, los máximos directivos de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán; Petronor, Josu Jon Imaz; la Corporación Mondragón, José María Aldecoa, y Euskaltel , José Antonio Ardanza, además de economistas como Felipe Serrano, Roberto Velasco e Ignacio Marco-Gardoqui. Algunos de los llamados a este comité de asesores se enteraron de la existencia del mismo por la prensa, pero acudieron a la llamada del lehendakari "por responsabilidad de país" .
El Gabinete López ha actuado más como una franquicia del Ejecutivo de Zapatero en materia económica. Un último ejemplo es que al cumplirse el año de mandato, el Gobierno socialista de Gasteiz, y al igual que ha ocurrido con el Ejecutivo de Madrid, ha perdido crédito ante las agencias internacionales de calificación.
febrero 2010
Polémica en las aulas
En las últimas semanas el Plan de Educación para la Paz está en el centro de la polémica. El Gobierno de López prioriza a las víctimas de ETA y quiere que el profesorado no sea "neutral" ante la organización armada. Desde los partidos nacionalistas consideran que el plan debe recaer sobre todo en la comunidad educativa, que no se ha mostrado muy receptiva a las directrices que emanan desde Lehendakaritza, y se recuerda que la cultura de la no violencia no es algo nuevo ni propio de este gabinete, sino que los anteriores ejecutivos ya tenían un plan para trabajar en favor de la paz con los más jóvenes.
Por otro lado, frente a un modelo educativo mixto y flexible para garantizar el trilingüismo, el Departamento dirigido por Isabel Celaá apela reiteradamente a la libertad de los padres a la hora de elegir el modelo lingüístico. Mayor retroceso ha tenido el impulso al euskera. El propio lehendakari, que se ha comprometido por enésima vez a aprender euskera, ha limitado la utilización de esta lengua a unas breves palabras en sus discursos. Quizá sea por el hecho de que, como él mismo reconoció en un reportaje publicado la pasada semana en una revista del grupo Vocento, "hago muchas piras" a unas clases que se le pagan con el erario público. Uno de los fichajes al inicio de legislatura, fue el de Ramón Etxezarreta como viceconsejero de Política Lingüística, pero no ha cumplido ni un año al frente del cargo debido a sus diferencias con el Departamento que dirige Begoña Urgell y en el que Antonio Rivero, un ariete contra el euskera, es uno de los máximos responsables.
marzo 2010
Enésima encuesta negativa
La respuesta de la ciudadanía vasca a la política del Gabinete López en este año ha sido clara y contundente. Las encuestas, todas ellas negativas, han obligado a que el Ejecutivo socialista vaya cambiando su respuesta. Primero se señaló que los vascos no habían tenido tiempo para valorar su gestión. En una conferencia de prensa en Madrid el propio Patxi López no tuvo reparos en asegurar que "han sido tantos los cambios que ha propugnado este Gobierno que los vascos no han tenido tiempo para asimilarlos". Después, y como las críticas no amainaban, argumentó que había un problema de comunicación, que el lehendakari no sabía llegar a los ciudadanos, lo que supuso el enésimo cambio en su equipo, en este caso en lo referente a la estructura de asesores.
En el Sociómetro publicado en noviembre del pasado año, seis meses después de que tomara posesión el nuevo Ejecutivo vasco, la satisfacción de los vascos con el gobierno había caído veinte puntos tras la llegada de López a Ajuria Enea, el nivel más bajo en los últimos quince años. En diciembre, el Euskobarómetro reveló que siete de cada diez vascos desconfiaban del Gabinete que lidera el secretario general del PSE. El pasado mes de marzo fue el propio Gobierno vasco quien hizo pública una encuesta telefónica realizada entre los días 25 y 26 de noviembre del año pasado, en la que se señalaba, entre otras cuestiones, que el 48% de los vascos piensa que el PNV volverá a gobernar tras los próximos comicios de 2013, mientras que el 17% opina que no.
Una prospección sociológica realizada para DEIA, también el pasado mes de marzo, recogía que la percepción mayoritaria en la sociedad vasca es que el Gobierno de López no ha adoptado ninguna medida o acción para luchar contra la crisis económica. Ésa es la opinión que expresaban dos de cada tres encuestados (el 67,8%) en un estudio realizado por la empresa Gizaker sobre una muestra de población conformada por 2.400 personas mayores de 18 años. Ni siquiera el llamado trabajo de cocina ha podido maquillar el hecho de que un año después de haber accedido a su cargo, López no ha logrado conectar con los ciudadanos vascos.