La actual crisis energética ha provocado que el gasoducto guipuzcoano de Irun, junto al de Larrau, que atraviesa Navarra, se hayan convertido en dos infraestructuras estratégicas para paliar la demanda europea de suministro de gas durante el invierno, ante el bloqueo ruso. Las exportaciones a través de ambas interconexiones se incrementaron un 135% en el primer trimestre de año con respecto al mismo periodo de 2021, alcanzando los 5.154 GWh, según las cifras de Enagás, lo que supone un 57% del gas que Argelia exporta por el gasoducto Medgaz (Almería). 

Esto ha hecho necesario reforzar el gasoducto que une Irun con la localidad francesa de Lussagnet para ampliar su capacidad, que a partir del 1 de noviembre, ha visto incrementada su capacidad disponible en un 66%, pasando de 2 a 3,5 bcm, permitiendo 100 gigavatios hora (GWh) al día en vez de 60.  

Con estas obras de ampliación, que forman parte de las medidas de solidaridad con Europa incluidas en el ‘Plan Más Seguridad Energética’ del Gobierno Estatal, la capacidad de flujo total del Estado a Francia, a través de las dos interconexiones existentes, ha aumentado un 18%, lo que posibilita transportar más gas desde la Península Ibérica en función de las necesidades del mercado, reforzando así la red de distribución de gas durante el invierno. 

Contar con “una red interconectada es clave para la seguridad de suministro, para la descarbonización y para la competitividad de Europa”, tal y como destaca Arturo Gonzalo, consejero delegado de Enagás, empresa operadora de esta infraestructura junto con la francesa Teréga.

“Contar con una red interconectada es clave para la seguridad de suministro, para la descarbonización y para la competitividad de Europa”

Por su parte, el presidente y consejero delegado de Teréga, Dominique Mockly, reafirma que este “aumento de capacidad, que contribuye a la solidaridad energética del continente, reafirma su identidad europea”. En este sentido, para satisfacer la demanda de gas a largo plazo, tanto de la población como la de la industria, consideran “primordial” construir “una red de gas flexible y resiliente, capaz de aprovechar al máximo todas las infraestructuras europeas”. Ambas operadoras han trabajado para que esta ampliación fuera posible técnicamente y estuviese disponible para su contratación coincidiendo con el inicio del invierno gasista. 

Ahora, a través de los gasoductos de Gipuzkoa y Navarra se exportan 8.500 millones de metros cúbicos al año

Buques con gas natural en el Puerto de Bilbao

Con respecto a la tubería que pasa por el pirineo navarro a más de dos mil metros de altura, ésta bombea gas a Francia al límite de su capacidad desde el pasado mes de abril. Hasta ahora, era este gasoducto, construido en 1993, que parte de la localidad riojana de Calahorra y atraviesa Navarra para salir por Salazar hacia Larrau, en Francia, el que disponía de una mayor capacidad, con 5,3 bcm, frente a los 2,1 que transportaba el de Irun antes de su ampliación.

Después de las obras de mejora, ambas conexiones pueden transportar alrededor de 8,5 bcm (8.500 millones de metros cúbicos) al año, lo que aun con todo sigue siendo una ínfima parte de la demanda del continente. Ya que realizar una ampliación de la actual red gasista es complicado, podría retomarse el proyecto para una tercera conexión a través de Figueras, que fue postergada en su día por un menor interés comercial.

El puerto de Bilbao se ha convertido en el puerto con más descargas de gas licuado del Estado

No obstante, hay que tener en cuenta que, como complemento a esa vía de transporte, cada día se bombean 225 GWh a través de las interconexiones terrestres con Francia y se están recibiendo buques con gas natural licuado de todo el mundo en las plantas regasificadoras de Ferrol, Huelva, Cartagena, Sagunto, Barcelona y Bilbao. Y precisamente el Puerto de Bilbao se ha convertido en el puerto con más descargas de gas licuado del Estado.

H2Med, la alternativa que ha desterrado al Midcat y al Barmar

España pretende liderar la generación de hidrógeno verde.

El último giro en la búsqueda de alternativas al suministro de gas ruso ha descartado finalmente el Barmar, el proyecto consensuado con Portugal y Francia, después de que el país galo se negase rotundamente al Midcat. Ese primer proyecto, que consistía en un gasoducto que uniría Cataluña y el sur de Francia a través de los Pirineos, quedó relegada por el Barman, un tubo para transportar hidrógeno verde entre Barcelona y Marsella que de forma temporal podría conducir también gas.

Sin embargo, ese segundo proyecto estaba pendiente de los estudios técnicos realizados por los tres países, cuyos resultados han descartado la viabilidad del proyecto, tal y como informaba el Gobierno estatal el pasado 7 de diciembre. 

Por lo tanto, si no se desarrollan ninguna de estas dos infraestructuras, se evapora la posibilidad de España de aprovechar su posición estratégica para transportar gas por falta de conexiones. De haber sido aprobada la construcción de esa infraestructura, el Estado se habría convertido en la vía de entrada de este tipo de combustible en el continente. 

"El h2med sólo transportará hidrógeno verde, una tecnología que no estará madura hasta 2030"

La buena noticia es que el nuevo escenario apuesta por hidrógeno en vez de gas. Esto supone una gran ventaja, ya que España no es productora de gas, sino meramente transportadora, y en cambio, pretende liderar la generación de hidrógeno verde durante los próximos años, lo cual puede jugar como ventaja, ya que Europa ha decidido apostar por la creación del H2Med, un conducto que únicamente transportará hidrógeno, la prioridad de la Comisión Europea y del Ministerio de Transición Ecológica de Teresa Ribera, que aspira a recibir financiación europea de entre un 30% y un 50% para su construcción.

No obstante, se trata de una solución energética a largo plazo que no puede dar respuesta inmediata a la crisis energética actual, ya que según los expertos, la tecnología del hidrógeno verde no estará madura hasta 2030, por lo menos. Como contrapartida, Francia deberá mejorar las interconexiones eléctricas con España, tal y como se comprometió en el acuerdo firmado el pasado mes de octubre.