Portugalete 1

Vitoria 2

PORTUGALETE: Ibon, Peciña (Min. 77, Morcillo), Garro, Etxaniz (Min. 85, Cubería), Leiza, Cárdenas, Etxaburu, Naveira (Min. 77, Ibargoien), Eñaut, Herrera (Min. 65, Ekhiotz) e Iglesias.

VITORIA: Ruiz-Zeberio, Arana, Muguruza, Serradell, Zabala, Madariaga, Alday, Jonlo (Min. 77, Álvaro), Ekaitz (Min. 70, Eric Pérez), Pablo (Min. 85, Endika) y Uzkudun.

Goles: 1-0: Min. 14; Peciña. 1-1: Min. 42; Pablo. 1-2: Min. 83; Uzkudun.

Árbitro: Escalero Alzaga. Mostró tarjeta amarilla a los locales Peciña y Cubería; y al visitante Muguruza.

Incidencias: Unos 400 espectadores en La Florida en el horario poco habitual de una sábado a la mañana.

El Portugalete se complica la vida con su derrota por la mínima en casa ante un sólido Vitoria que certificó su acceso al play-off, en una de las citas cruciales para los jarrilleros en este final de liga. Ahora el equipo de Iban Fagoaga no depende de sí mismo en la búsqueda de esa quinta plaza que da el último billete a las eliminatorias de ascenso y que ocupa el Deusto, que se distancia a cuatro puntos tras su victoria en la visita al Aurrera de Vitoria, colista y ya descendido a la Honor alavesa.

Al Portu le faltó ambición en La Florida. Comenzó bien y aprovechó su ocasión al adelantarse al cuarto de hora con un gol del lateral derecho Peciña, que marcó desde la frontal entre una nube de jugadores y tras tocar en un defensa. Pero fue de más a menos y el Vitoria comenzó a controlar el partido con la posesión del balón. No hubo ocasiones claras, pero los armeros lograron la igualada antes del descanso con un tanto de Pablo tras una prolongación del esférico por el área local hasta que el balón le llega al delantero y fusiló a Ibon.

La segunda parte fue de total dominio territorial del Vitoria. Impuso su ley y los únicos acercamientos de peligro cayeron del lado del conjunto filial. Un nuevo error en defensa, esta vez en la salida de balón lo aprovechó Aitor Uzkudun para llevarse los tres puntos. Todavía en los minutos finales los visitantes estrellaron el balón en el larguero ante el acoso desesperado de los locales.