Con los primeros copos de nieve del año y ligeramente teñido de blanco, el santuario de Urkiola celebró ayer martes la festividad de San Antón Abad, el patrón de los baserritarras y protector de los animales. Jornada con un sentimiento muy especial ya que a las 10.30 horas, Imanol Atxalandabaso, en compañía de Antonio Madinabeitia, oficiaron el entierro de Peli Romarategi, el misionero y artista autor del gran mural del Santuario, que falleció a los 100 años este pasado domingo en Gasteiz.
Familiares y amigos rindieron el último adiós al misionero alavés que deja como legado más de 180 obras de arte, entre las que destacan vitrales, mosaicos, sagrarios y altares en iglesias así como en escuelas y centros asistenciales, sobre todo en Ecuador. En Bizkaia destaca de manera especial el mosaico del altar del Santuario de Urkiola, elaborado en 1996 tras dos años de minucioso trabajo, de 170 metros cuadrados y con más de 850.000 piezas trabajadas artesanalmente.
La fría jornada de San Antón transcurrió con la tradicional misa de mediodía con buena respuesta por parte de los feligreses que se refugiaban en el interior de la iglesia mientras los copos de nieve seguían cubriendo poco a poco de blanco las inmediaciones del templo.
Como dicta la tradición, más de 200 panecillos estaban listos para recibir la bendición y ser repartidos al final entre los asistentes. Fuera esperaba por segundo año consecutivo Perico, un burro de cinco años que vive a pocos metros del Santuario, junto al restaurante Landajuela. El animal portaba encima a Fly, un yorkshire de nueve meses que se estrenaba en la bendición y a Pau, un gato de nueve años que ya se ha convertido en uno de los fijos de este día. Además, Txira, un border collie con mastín de cinco años, completaba esta particular expedición. “El año pasado Perico se portó muy bien y hemos vuelto a subir en compañía de sus amigos. Es un día bonito en Urkiola y hoy no hemos tenido demasiados problemas para subir. Recuerdo que hace seis años nevó mucho y nos costó llegar hasta arriba. Es bonito mantener este tipo de tradiciones y la idea es seguir participando”, reconoció Adriano Ferreira, junto a todos los animales.
Si el año pasado fueron cerca de una treintena de mascotas las que se acercaron, en la jornada de ayer martes la nieve y las bajas temperaturas provocaron que el número fuera mucho menor. Y es que, además del burro y su cuadrilla, únicamente dos perros más fueron los que recibieron la bendición del sacerdote, Antonio Madinabeitia. Desde Sestao llegó Whinston, un pequeño bulldog francés. “Nos acabamos de jubilar, tenemos tiempo para disfrutar y hemos decidido subir por primera vez a Urkiola en el día de San Antón. Aunque estaba anunciado posibilidad de nieve, no me lo esperaba. Hace mucho frío fuera y la verdad que se agradece el calor que hace dentro de la iglesia”, reconocieron Jesús y Eguzkiñe en la misa oficiada a mediodía.
El último animal en llegar a Urkiola para ser bendecido fue Lur; un ratonero de dos años y medio que acudió desde el municipio de Mañaria. “Con el tiempo que hacía he tenido dudas de si subir, pero finalmente me he animado. Solemos subir bastantes veces cuando hace bueno, pero es la primera vez que le traigo este día”, reconoció Cándido, mientras se resguardaba del viento y la nieve en los soportales de la iglesia.
Como suele ser habitual, tampoco faltó la presencia de vecinos de Durangaldea que no quisieron perderse la celebración de San Antonio. Fue el caso de un zornotzarra que acudió bien abrigado en compañía de un amigo. Por otro lado, a pesar del mal tiempo algunos no dudaron en desplazarse desde más lejos. Alberto y María Luisa, matrimonio bilbaino, repitieron visita como lo hacen todos años. “Se respira muy buen ambiente y siempre que podemos nos gusta participar en la misa y llevarnos un panecillo bendecido”, reconoció la pareja a la salida de misa.
La programación para rendir tributo a San Antón regresará el próximo domingo con misa mayor a mediodía oficiada por Juan Carlos Elizalde, obispo de Gasteiz.