“Esta vez los de Bilbao os vais a llevar una alegría porque ya os toca, porque os la merecéis y porque jugáis mejor, qué leche”, suelta un taxista de Sevilla al escuchar acento vasco. Y su opinión se extiende hasta un cochero de calesa que se escondía a la sombra del mediodía andaluz: “Los hermanos Williams esos que tenéis van como motos, no sabéis lo que tenéis ahí arriba, son una locura”. Porque a pocas horas para la final, Sevilla es del Athletic. Y es que, aunque la mayoría de los locales le llamen el “Bilbao”, lo hacen sin mala sangre. Por desconocimiento y hasta con cierto afecto. Porque dos veces fueron los leones a La Cartuja a jugar una final de Copa y las dos las perdieron: ante Real Sociedad y Barcelona en ese fatídico abril de 2021. Pero es que también las dos fueron a puerta cerrada, así que esta vez Sevilla les recibe con cariño. No quieren que los de Valverde vuelvan a quedarse con la cara partía. Ni ellos, ni mucho menos su gente. Esa que ha comenzado, poquito a poco, a abarrotar su ciudad. Porque ya han llegado los primeros de los más de 60.000 aficionados rojiblancos que se esperan que conviertan la capital hispalense en un mielgo de Bizkaia. Más de la mitad de ellos lo hacen sin entrada pero, como dicen por Sevilla, siguen siendo una jartá de gente. No como la gente de Mallorca que, por el momento, “no llegan ni a mijilla y media”.

De hecho, el peregrinaje rojiblanco se ha podido advertir desde tempranas horas de la mañana cuando, en la cola para embarcar en el primer avión de la jornada, la Copa se encajaba en todas las conversaciones. El AVE que desembarcaba en Sevilla ha escupido también unas cuantas almas athleticzales y las carreteras que atraviesan la península han puesto de su parte para llevar al éxodo vizcaino hasta La Giralda y la Torre del Oro. Por ahí precisamente han aparecido la familia formada por Antonio, Idoia, Amets, Eneko y Alain, que han aprovechado las vacaciones de Semana Santa para meterse en la autocaravana y hacer millas. Desde Basauri hasta Sevilla, con la rojiblanca como uniforme y la ilusión en el corazón. Ninguno tiene entrada para la final, pero ya avisan que botarán en el Athletic Hiria como si fuera San Fausto. Perro incluido. 

Ellos forma parte de la primera remesa de aficionados rojiblancos que disfrutarán de Sevilla. La avanzadilla de los más de 60.000 athleticzales que se prevén y que incluso han llegado a la ciudad hispalense antes que su equipo. Porque se espera que los de Ernesto Valverde cojan este viernes, a las 15.30 horas, un vuelo chárter que les permita descansar un poco en su hotel antes del entrenamiento que protagonizarán en La Cartuja a las 20.00 y a puerta cerrada. Será la última sesión de los leones antes de la final ante el Mallorca, un encuentro en el que todo parece indicar que Txingurri contará con todos sus efectivos a excepción de un Yeray que tuvo que retirarse del pasado partido liguero ante el Real Madrid por una “lesión muscular en el aductor largo de su pierna izquierda”.

La Copa está en Sevilla Al igual que los athleticzales más tempraneros, el trofeo de la Copa también se encuentra ya en Sevilla tras un viaje en el que ha estado escoltado por el exjugador y exdirector deportivo del Athletic Rafa Alkorta y el exfutbolista del Mallorca Leo Franco. El título ha llegado en AVE, como muchos de los seguidores rojiblancos, y esperará en la sede federativa en Sevilla, ubicada en la Torre Sevilla, a que haya un equipo ganador que la levante. Cuestionado por quién se impondrá en la final de mañana, Alkorta pronostica que el Athletic se impondrá por 2-1: “Con todo el respeto del mundo al Mallorca, sobre todo a su entrenador y a sus jugadores, creo que los favoritos somos nosotros”.