TRIBULADA ministra portavoz del Gobierno español: Me hago cargo de que todavía le faltan muchas tablas para el desempeño de la tarea que se le ha encomendado, pero este es el minuto en que sigo sin dar crédito a la vacuidad infinita de su respuesta cuando le han interpelado sobre la enésima y brutal agresión homófoba en Madrid. Titubeando, trastabillándose, arrastrando las frases, todo lo que ha conseguido decir, más allá de la condena de carril, es que son unos hechos “que merecen el máximo reproche social y político”. Y sí, luego ha anunciado la reunión urgente el viernes (entonces, no tan urgente) de no sé qué comisión contra los delitos de odio. Eso, tras un reguero de palizas desde antes del verano. Van muy tarde.