SENSATO, valiente y paciente joven: Reciba, en primer lugar, mi solidaridad por lo que tiene que aguantar cada día solo por llevar el apellido que lleva, y en particular por el último episodio vivido en Gernika mientras jugaba al fútbol con su equipo. Solidaridad que no es nada sin la denuncia más contundente y sin matices de la actitud de los matones que intentaron intimidarlo. "¡Fachita de mierda, te vamos a matar! ¡Te vamos a quemar vivo con tu puto padre!", llegaron a gritarle los niñatos bravucones, que no dejaron de increparle y amenazarlo durante el partido. Hizo bien en pedir al árbitro que tomara nota de todo y en denunciar públicamente a estos fascistas alevines que al final se fueron de rositas a presumir de haber acojonado al hijo de Iturgaiz.