Zarautz - Es un gran conversador, divertido y chispeante. De vez en cuando mira a través de uno de los ventanales de la sociedad gastronómica de la que forma parte, Arralde txiki. La mar está muy rabiosa y las olas se desparraman con fuerza sobre el paseo de la playa de Zarautz. “Es una imagen impresionante, verlas desde dentro es un placer”, señala, mientras unas mujeres que comen en la mesa de al lado se acercan a saludarle. Le gusta hablar de casi todo. Dice que muchos no cocinan porque se enzarzan viendo series de Netflix y luego no saben qué pedir en la carnicería. Está muy orgulloso de todos sus hijos, la familia Arguiñano es una piña en lo personal y en lo profesional. Pero uno de ellos, Joseba, también se ha convertido en televisivo: “Tendrá que mejorar, pero lo está haciendo muy bien y no se corta un pelo ante las cámaras, es muy natural”, dice.

Es usted como el turrón, las muñecas de Famosa y la lotería, siempre vuelve por Navidad.

-Ja, ja, ja? Soy uno de los Reyes Magos de Oriente?

Muy oriental no me parece.

-¿No? Mírame bien. Bueno de occidente. Es verdad, que en los últimos años de la mano de Planeta aparezco siembre en noviembre. Da gusto hacer libros con esta editorial, después de verlos, me emociono yo.

No haga la pelota, que seguro que ya está en marcha el de 2020.

-Cuánta maldad. Te lo digo en serio, voy haciendo las recetas y cocinando, pero cuando veo que lo que estoy haciendo queda bien plasmado en un libro bien hecho, un libro con fundamento. Son 365 menús, uno para cada día del año.

Ha hecho un libro de peso, más de dos kilos, como lo tengamos que usar a diario, vamos a tener un bíceps de escándalo.

-Ja, ja, ja? Lo que te digo, por eso pesa, porque está bien hecho. Es para tenerlo en la cocina, no en el salón y llevarlo de una parte a otra. Hay que comer a diario y la persona que cocina para cuatro, cinco o seis personas se encuentra con un dilema: ¿Qué pongo mañana? La solución del qué pongo para mañana te la da Karlos Arguiñano en un pis pas. Son recetas sencillas, la gente las puede hacer cómodamente en su casa y pudiendo comprar los ingredientes que le he dicho a diez minutos de distancia.

¿No hay ingredientes raros?

-No. Son productos cercanos. No hay cocciones extrañas, no hay ninguna forma de cocinar supermoderna. Con cazuelas, sartenes, olla exprés y horno se pueden hacer todas las recetas que propongo. Y no se olvide, una buena fregadera, también hay que fregar.

Karlos, usted hace publicidad de productos de alimentación. ¿Le hacemos caso y los utilizamos en la cocina?

-Yo tengo hechos más de 80 spots de publicidad?

Pero, ¿comprar el caldo hecho ya o echar pastillas a los guisos?

-Yo enseño a todo el mundo a hacer caldo. Pero en diez millones de hogares en España hay pastillas de caldo. Tampoco voy en contra de algo que has visto en casa de tu madre, en casa de tu tía, de la abuela, en la tuya? No puedes hacer un caldo en cinco minutos y no todos los días tienes tiempo.

¿Es lo mismo?

-No. Pero no tiene por qué ser malo. Imagínate que quieres hace un caldo de pescado, necesitas el rape, las gambas, las almejas, lo que quieras echar. Un caldo preparado te puede solucionar el tema si tienes prisa. Puedes querer hacer un arrocito rico, rico y con sabor, pues pastillita de sabor. No estoy introduciendo nada nuevo en el mercado. Es algo que cuando yo nací ya existía, yo me acuerdo del boubril y todas esas cosas que se añadían para enriquecer las sopas y las salsas.

¿Utiliza Karlos Arguiñano los productos que anuncia?

-Hay veces que tengo prisa y no me ha dado tiempo a preparar un buen caldo de pescado o de carne. Cuando no tengo tiempo puedo enriquecer unas albóndigas con una pastillita. No es pecado. Quizá es mejor hacerlo todo uno mismo, pero hay veces que el tiempo se impone.

¿No se aburre de las cámaras?

-No. En realidad, no es mucho el trabajo que hago en cámara. Lo hago fácil. No repito nada?

¿Nunca se equivoca?

-Muchas veces. A veces me arrepiento, pero la vida es así. Estar en la tele me divierte y me entretiene y no repito lo que se graba. Me gusta sorprender, cuando digo que vamos a hacer unas albóndigas sorpresa es que dentro llevan una nuez de queso y al comer te quedas con la boca abierta por la sorpresa. Bueno, con la boca abierta comiendo no, mejor la cierras.

Treinta años en televisión.

-No, te falta un año, 31. Y todos los días ante las cámaras. Cuando empecé tenía una barba negra muy interesante, me la estoy pintando?

No me diga.

-Ja, ja, ja? Últimamente, me estoy empezando a pintar hasta los labios.

Estaría impresionante si lo hace.

-Me gusta mucho ir de cachondeo por la vida y cuando le gente me pregunta dónde voy, suelo responder, que a pintarme los labios.

Me imagino que puede probar con los pintalabios de Luisi (su mujer).

-Luisi? Ha tenido mucha paciencia conmigo en la vida. Tengo mujer de fundamento y con mucho aguante.

¿Un hombre difícil?

-No, no creo. Pero ella ha sabido llevarme bien.

¿Algún proyecto nuevo?

-No. Creo que tengo bastante entre manos. La televisión; el hotel y restaurante, que me los llevan mis hijos; la escuela, llevo ya con ella 24 años y marcha muy bien; el viñedo con el txakoli, un vino que estamos exportando muy bien a Australia y a Estados Unidos, a Gran Bretaña, a Japón.

Trump va a poner nuevos aranceles a determinados productos, el txakoli es uno de ellos.

-Probablemente, las ventas se verán reducidas, irán a menos. Tendremos que buscar nuevos mercados. Pero cuando estás haciendo algo que hay que vender, no lo hago para bebérmelo yo, tienes que esforzarte y sacarlo al mercado.

Alguna que otra copa, beberá.

-Sí, claro que sí. Un txakoli bien hecho no te da ni dolor de cabeza ni ardores ni acideces? Te tomas dos o tres copitas con la comida?

Y luego una siesta, ¿no?

-Si te apetece, sí. Pero con tres copas de un buen txakoli vas perfecto. Hay que beber un poquito; nunca mucho de nada, ni de comer ni de beber.

Ha pasado los 70 y se mantiene estupendo. ¿Cómo lo hace?

-Gracias por recordarme la edad?

¿Quiere quitarse alguno? Le recuerdo que su edad está en Internet.

-Tengo 71 y no me quito ni uno de los que tengo los he vivido muy a gusto. Me encuentro en buen momento. Suelo hacer andando 10 kilómetros todos los días.

¿Va a hacer algún día un libro con sus chistes?

-No. Te garantizo que no me vas a entrevistar por un libro de chistes. Me suelen decir: ¡Qué malos son tus chistes! No me hace ilusión escribir un libro de chistes malos, a no ser que se pongan de moda.

Las elecciones le pueden dar para hacer más de un chiste.

-Pues no. Lo que me dan es un poco de tristeza. Lo bonito es ir a votar y que los que salgan elegidos hagan sus trabajos bien hecho. Es lo que nos exigen a los demás?

Su hijo, Joseba, está a tope en televisión. Con usted en Antena 3 y solitario en ETB. ¿Es quién va a recoger su testigo?

-Lo que sí me parece es que lo hace bastante bien, me está gustando el chaval?

¿Pasión de padre?

-Ja, ja, ja? Tengo pasión por todos mis hijos. Tendrá que ir mejorando, pero para no llevar mucho tiempo, lo hace bien, muy bien. Es muy natural, no se corta un pelo. Además de cocinar muy bien y ser un gran repostero y panadero, es un chaval muy animoso y le veo muy cariñoso con la gente mayor y eso me da un buen punto.

Vamos que se le cae la baba.

-No. Intento ser objetivo.

¿Le aconsejó en algún momento que no saliera en la tele?

-No. Le he dicho que haga lo que quiera, pero que lo haga con ganas y que sea muy respetuoso con todo el mundo.

¿No le da miedo que le dé el empujón y le deje fuera de cámara?

-Ja, ja, ja? No. A estas alturas no tienes esos miedos. Me da la sensación de que han intentado sacarme de la tele en más de veinte ocasiones y no han podido nunca. Él día que no esté es porque me ido yo porque me ha dado la gana.

¡Qué poderío! ¿Enchufes?

-Creo que ninguno. Me he mantenido dándole importancia a las cosas que tienen importancia. No me hago pajaritos en la cabeza. Nunca he pretendido ser el más alto, el más rubio o el más rico. He hecho las cosas a mi aire y me ha ido bien.

Multimillonario no, pero rico sí.

-Ja, ja, ja? Rico soy hace años, lo que pasa es que me lo estoy gastando todo.

¿Va a dejar deudas como herencia?

-Eso tampoco.

¿Puede confesar en qué se gasta el dinero?

-Lo último que he hecho es abrir un comedor social en Pachacútec (Perú). Estoy dando allí 1.200 desayunos todos los días. Estoy buscando hueco para ir con mi hijo Joseba y enseñarles a hacer los panes, tartas y bollería. Mucho dinero del que gano con la publicidad lo utilizo para acciones sociales.

¿Es Joseba el que más se parece a usted de todos sus hijos?

-Eso dicen. Pero creo que Joseba es bastante más avispado que yo. Lo ha tenido más fácil, él ha nacido en una cocina, yo nací en un tercer piso, hijo de taxista y modista, fui chapista? Él ha nacido entre cacharros, pucheros, hornos y demás.

Y con un apellido muy conocido.

-Ya, pero el apellido también lo llevaban mi abuelo, Tomás y mi padre. Es muy bonito, ¿verdad? También puedes acabar siendo Arguiñaño, eso no me gustaría.

¿Algunos pensarán que ha enchufado a su hijo?

-Pues no piensan bien. Son los malpensados, gente de poco recorrido. Pero que lo piensen, y qué más da.