Ciencia, euskera y arte en armonía en ‘Arimari darion soinua’
Su relato ‘Arimari darion soinua’ le ha valido a esta MIR de primer año en Cruces el primer accésit del V Concurso de Relatos Cortos del Colegio de Médicos de Bizkaia
Día. Un viernes de febreo
Hora. 20. 00 horas.
Lugar. Palacio Euskalduna
DESDE pequeña tuvo claro que estudiaría medicina. Su vocación acabó de definirse escuchando en casa a su aita y a su ama, los dos médicos, hablar de la profesión. “Les veía siempre tan contentos y hablaban tan bien del ejercicio de la medicina, que me imagino que esto tendría su efecto sobre mí, aunque nunca me lo impusieron”, dice sonriente, la joven MIR de Abadiño, que estudio en la UPV-EHU y en Basurto.
Pero Idoia tiene otra vocación que cultiva con pasión, son las Bellas Artes. “Me encantan las manualidades, la pintura, la escritura, aunque nunca me las he planteado como un oficio, porque eran cosas que hacía fuera de mis obligaciones”, reconoce.
Centrada en su formación del MIR continuará con sus aficiones artísticas, “pero en ningún caso serán su profesión”, dice Idoia, ganadora del primer accésit del V Concurso de Relatos Cortos del Colegio de Médicos de Bizkaia, galardón que recibió en la Gala del Colegio de manos de Joseba Atxutegi, presidente del Jurado y vicepresidente del CMB.
Su relato Arimari darion soinua es el primero en euskera que se distingue en los cinco años del concurso. “Siempre me ha gustado escribir, sobre todo en euskera”, aunque no sea su lengua materna, “porque mis padres no lo hablan, pero la he mamado desde pequeña y es una lengua a la que quiero mucho y me gusta expresarme en euskera”, sostiene, al tiempo que reconoce que se presentó al concurso para obligarse a sí misma a escribir algo. Quería hacer un ensayo de sí misma; de ponerse en el lugar de los pacientes como los ve en la consulta de pediatría en el día a día. “A veces tenemos niños y niñas con parálisis cerebral; cuando los atiendo pienso en cómo vivirán en su parte interna. Quería ver ese ejercicio desde el punto de vista de las familias. De cómo funciona el amor y toda esa unión en ese tipo de personas y familias”, apunta.’
Cuando tenga tiempo no descarta escribir una novela o incluso un ensayo. “Supongo que en algún momento me podría animar. Si hay algo que me apetece escribir, lo haría”.
Pero mientras tanto se centra en la pediatría. “La elegí porque me pareció una especialidad bonita, porque está muy humanizada, aunque también pensé inicialmente en la oncología, pero al final me decanté por pediatría porque dentro de ella también está oncología”, explica convencida.
¿Once años de estudios para luego no tener un puesto fijo o no tener una remuneración acorde a la formación no le desanima? “Puede ser, pero en el día a día estás haciendo algo que te gusta. Yo disfruto mucho con mi trabajo. Ahora mismo, no me importa tanto lo que me pagan”, se sincera Idoia, aunque es consciente que para que la sanidad funcione “hay muchas cosas que arreglar”, entre ellas que los profesionales desarrollen su trabajo en buenas condiciones. “No por eso tienes que dejar de hacer lo que te gusta”, dice contundente.
Ahora mismo su prioridad es acabar la residencia y “aprender mucho”. Luego, si tiene la oportunidad, le gustaría encaminar sus pasos a la oncología infantil. “Me encantaría trabajar en este campo; también me gustan los cuidados palitativos pediátricos. Pero quién sabe donde acabaré”, exclama sonriente, pero consciente de que le gustaría estar en más sitios, salir y formarse en lo que más le gusta. Este es su reto. Todo ello sin olvidar escribir, “en euskera que es como mejor me expreso”, apostilla.
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