Deporte a los 70: “Ir al gimnasio es como pasar la ITV”
Muchos hacen cosas que hasta hace unos pocos años eran impensables a su edad, y aunque admiten ser mayores “lo dice el DNI y los huesos”, no quieren ni oír que son ancianos
ENTRE los tres suman más de 200 años. Y aunque la pregunta descoloca de primeras; cuando se plantea de sopetón, ellos lo tienen bastante claro. ¿Qué es ser mayor? “Jo, pues me haces una pregunta muy difícil. Yo tengo 76 años pero estoy de maravilla. Me siento mejor que hace 10 años y, sin embargo, sí te diría que hay gente de mi edad que es mayor. Depende mucho de cómo estés. Yo creo que la vejez empieza cuando empiezas a encerrarte en ti mismo, en casa, y dejas de relacionarte”, responde José Luis Arburua. Desde que se jubiló, hace deporte a diario en un gimnasio y asegura tener una “calidad de vida tremenda”. Los 80 les infunden respeto. Hay quien menciona las palabras “miedo” y “muerte”, pero en los 70 se sienten frescos, activos. “Con mucha vida por delante”, admiten estos protagonistas, pocos días después de celebrarse el Día Internacional de las Personas de Edad. A las diez de la mañana, el gimnasio que el Club Atlético San Sebastián tiene en primera línea de La Concha se convierte en una pasarela de experiencia. Hablamos con tres fijos del gimnasio, Josebe Illarregi (66 años), José Luis Arburua (76) y Alberto Oliveras (75). ¿Se siente mayor? “Voy asumiendo mis limitaciones. Eso sí, me cuido. Regularmente voy al fisio para que esas pequeñas lesiones o goteras, no me pesen demasiado”, asegura Josebe Illarregi, socia de este gimnasio durante más de 20 años y asidua desde que se jubiló, hace seis.
No comparte la idea de que la sociedad arrincona a las personas mayores. “Echarle la culpa a la sociedad me parece excesivo, con todas las posibilidades que hay, sobre todo en Euskadi. Hay actividades para todas las edades. De 20 años para aquí ha cambiado todo mucho. Si te gusta la cultura, el cine o el deporte, tienes 100.000 cosas para hacer. Mi ama, por ejemplo, estuvo haciendo gimnasia y mil historias hasta los 92 años. Quejarse es echar balones fuera”, señala esta mujer.
“Con una calidad de vida tremenda”, José Luis Arburua también hace un parón para atendernos. “Me siento más joven de lo que soy. Estoy en plena actividad. Y tengo mucho contacto social también, que es importante. Las relaciones son tan importantes como el deporte porque no te puedes ni te debes encerrar”, indica.
“Venir al gimnasio es como pasar la ITV todos los días”, apostilla Alberto Oliveras. Él ha hecho deporte toda la vida, y no se reconoce en el calificativo de anciano. “Me siento normal; de vez en cuando algún hueso cruje, pero bueno, a partir de los 20 se empieza a envejecer. Es lo que dice la ciencia”, bromea. Ellos entienden la vejez como un proceso vital con un importante “componente psicológico” y comparten la idea de que tienen que “hacer algo para evitar o retrasar el llegar a la situación” en la que se encuentran muchos otros ancianos. Las personas de nuestra edad tenemos la capacidad de pensar, de reflexionar, de hacer... Eso no lo hemos perdido. ¿Por qué no podemos participar? Somos capaces de afrontar la vejez con un talante distinto del que han podido afrontar las generaciones anteriores”, insisten.
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