Síguenos en redes sociales:

El señor de las pompas

Junto al kiosco de El Arenal un pequeño ejército de niños intenta crear burbujas con dos palos, una cuerda y un cubo de plástico. El culpable de ello es David Campillo

RARA es la tarde que al kiosco de El Arenal no le acompañe un pequeño ejército de niños. Y no es por los columpios y toboganes que hay a unos pocos metros, sino porque David Campillo, un navarro residente en Bilbao, se gana la vida proporcionando a niños y mayores todo lo necesario para que se diviertan intentando hacer pompas de jabón gigantes. La iniciativa es un éxito.

“En 2011 dejé de trabajar en Arrigorriaga, en hostelería, y empecé a trabajar en esto”, explica Campillo. Al quedarse sin empleo estable, decidió tirar de creatividad y buscar en la calle una manera de ganarse la vida: “Eché mi currículo en un montón de sitios, no encontré trabajo de nada y me informé de cómo hacer cositas y talleres para niños”. Entonces una bombilla se encendió en su cabeza. Más bien, apareció un recuerdo de su infancia: “Yo cuando era pequeñito veía hacer pompas a gente de mi tierra y me dije que yo también podía hacerlo. Me metí en Internet para ver cómo había que hacerlo y ya está”.

David planta en El Arenal decenas de cubitos de colores, cada uno con sus palos unidos por una cuerda. No se necesita más para hacer felices a los más pequeños. Bueno, sí. Algo más sí que se necesita: pagar la voluntad. El navarro asegura que los padres se rascan el bolsillo: “No tengo ninguna queja de Bilbao, me da lo suficiente para vivir. La gente aquí es encantadora en ese aspecto. No me quejo nada, nada, nada”.

En verano el señor de las pompas aprovecha para ofrecer sus servicios por diferentes localidades. “Con las fiestas me suelo mover mucho”, explica, “suelo estar en Gasteiz, en Barakaldo, en Santurtzi? Voy de fiesta en fiesta hasta Cantabria”.

Trabaja en la calle, sin horario, sin pisar una oficina, sin reuniones, sin jefes... Pero David es disciplinado. “En principio me dedico todos los días a esto”, aclara mientras prepara unos palos enormes para hacer pompas gigantes. “Si no tengo nada que hacer, me busco un sitio para poner los cubos y hacer pompas. Mañana y tarde. Pero en invierno solo lo hago por la tarde, que es cuando los niños no tienen cole. Si no llueve y el tiempo lo permite... ¡a hacer pompas!”.

Los días de lluvia visita localidades como Azpeitia, Durango o Eibar, que tienen soportales en los que puede hacer las delicias de los niños aunque haga mal tiempo.

David asegura que no es muy difícil hacer pompas. No es necesaria una técnica especial. Tampoco hay una fórmula secreta para la mezcla. De hecho, no tiene problemas en explicar cuál es la que él utiliza: “Agua, jabón, Fairy y azúcar glas. Pero esta no es una fórmula secreta. Está todo en Internet. ¡Y hay muchas recetas! Lees de todo: azúcar, lubricante?”.

Tantas horas en la calle y tratando con tanta gente, es de esperar que David tenga episodios desagradables con padres o niños, pero hasta ahora celebra no haber tenido malos episodios. “Hay de todo, pero en general el trato con los niños es muy bueno. Con los niños es espectacular y con los padres, igual. Aquí, además, como ya me conocen todos, lo pasamos muy bien”. Tampoco tiene problemas con los policías municipales: “Un amigo me aconsejó que hiciese un seguro por si alguien se resbala. Pago 22 euros al mes y alguna vez que me ha consultado algún municipal, le he enseñado el seguro y he podido seguir sin ningún problema. La verdad es que en Bilbao en ese aspecto el trato es muy bueno”.