Hacer un calvo no se inventó ayer. Un veterano vecino del populoso barrio de Abusu-La Peña solía contar que uno de los pasatiempos de su cuadrilla en la más tierna infancia era saludar a los pasajeros del tranvía de Arratia con una exhibición de sus posaderas, sin más objetivo que echarse unas risas ante los improperios que les lanzaban los destinatarios de tan inocente mensaje. La cosa quedaba ahí y no habría llegado hasta esta página si no fuera por la hoy ya en desuso tradición de transmisión oral de susedidos de padres a hijos. Claro que entonces no existía Internet y, con ello, la posibilidad de que un calvo adquiriera dimensiones planetarias.
Eso es precisamente lo que ha ocurrido con el calvo que un cliente ubicado en la terraza de un bar de Bilbao La Vieja decidió marcarse al paso del coche de Google Street View, que graba su tránsito por las calles de las ciudades de todo el mundo y las cuelga en la red para que todo el mundo las pueda recorrer (explicación esta destinada a los de la generación de la transmisión oral que aún mantienen su resistencia a la revolución digital). La cosa es que alguien hizo un pantallazo del calvo en cuestión, lo compartió en Internet y la foto se viralizó por las redes sociales. La secuencia aparecía en el servicio de mapas de Google al buscar la dirección Bilbo Zaharra Kalea, 17, 48003. En ella se puede ver a varias personas que toman algo en la terraza de un bar y, en una de las mesas, ocupada por dos hombres y una mujer, uno de ellos se levanta al ver el coche de Google Street View, y se baja los pantalones. El calvo permaneció activo durante varios días, hasta que los responsables de Google se percataron del detalle y decidieron pixelar la figura del transgresor (trasero incluido, lógicamente). No consta que el calvo provocara improperio alguno entre sus destinatarios (el mundo) ni que exista parentesco entre su autor y aquel niño que saludaba con sus amigos a los pasajeros del tranvía de Arratia.