La ingesta excesiva de calorías sin incremento del gasto energético, aumenta las necesidades metabólicas normales del organismo, lo que origina una multiplicación del tejido adiposo. Este exceso de tejido adiposo, genera un trastorno metabólico e inflamatorio complejo, que predispone a numerosas enfermedades graves y provoca un fallecimiento prematuro debido a su alto riesgo cardiovascular.
La obesidad es una enfermedad del metabolismo humano que se caracteriza por su carácter grave, inflamatorio, crónico y que no depende en absoluto de la «fuerza de voluntad del paciente».
Es grave porque se acompaña de múltiples factores de riesgo cardiovascular que van empeorando si no se resuelve la obesidad, como son la diabetes tipo II, la hipertensión arterial, la apnea del sueño, el colesterol, varios tipos de cáncer y riesgo de infarto cardíaco o cerebral entre otros.
Es una enfermedad crónica y progresiva, que lleva al paciente de dieta en dieta durante años perdiendo calidad de vida e incrementando con el tiempo tanto la misma obesidad como el riesgo cardio- vascular. Solamente algunos tipos de cirugía pueden introducir los elementos metabólicos necesarios como para provocar un descenso de peso satisfactorio y eliminar las comorbilidades asociadas a largo plazo.
La obesidad es también una enfermedad incontrolable por la mente del paciente. No depende de su fuerza de voluntad.
Hoy sabemos que el tejido graso humano funciona como un potente órgano endocrino y es fundamental para que determinados mecanismos neuro-hormonales actúen adecuadamente e impidan la obesidad y otros trastornos alimentarios. Si estos mecanismos no funcionan correctamente todo se viene abajo. Por esto no se debe culpabilizar al paciente obeso, sino darle una respuesta eficaz a su enfermedad.
BYPASS GÁSTRICO DE UNA ANASTOMOSIS
La técnica laparoscópica-robótica de última generación desarrollada por el doctor M. Carbajo minimiza extraordinariamente la posibilidad de complicaciones de riesgo, según la experiencia contrastada con las de otros grupos del mundo, y extraída de la Base Central de Datos Europea dependiente del European Council for Bariatric Surgery de IFSO.
El bypass de una anastomosis es más seguro en la pérdida de peso a largo plazo porque incorpora una mayor malabsorción intestinal en función de las necesidades del paciente, de su grado y modelo de obesidad, de sus comorbilidades, de la edad, y del riesgo cardio-vascular, con lo cual el grado de adelgazamiento es más intenso y mantenido en el tiempo.
Un gran porcentaje de pacientes alcanzan el 100% de la pérdida de su sobrepeso o lo superan en los primeros años y lo mantienen hoy día con más de quince años de seguimiento, con una muy buena resolución de las comorbilidades asociadas, sobre todo la diabetes tipo II, la hipertensión, la apnea del sueño o el colesterol y los triglicéridos.
Los pacientes ‘comen de todo’, disfrutando de su vida personal, social o familiar y realizando una vida normal y saludable, libre de obesidad, de enfermedad, de patologías asociadas y de limitaciones para el futuro.