el agua de mar puede también beberse y competir con el mejor refresco, tal y como propone una empresa de Gernika, la primera a nivel estatal que comercializa agua del Cantábrico en forma de bebida isotónica con distintos sabores.

Creada hace dos años, la compañía Rioka ofrece agua del mar Cantábrico para cocinar y en forma de bebida isotónica de naranja, limón y estevia, un edulcorante extraído de una planta.

No obstante, los responsables de esta empresa no animan a probar un trago durante los chapuzones de verano en la playa. “El agua de mar sabe mal. No es saludable y no te va a quitar la sed. Pero en forma isotónica fría es una de las bebidas más naturales”, explica Igor Leiba, uno de sus representantes.

Para que pueda ser apta para el consumo o su uso culinario, el agua es recogida frente a la costa de Urdaibai, a unos diez metros de profundidad, para ser trasladada a la planta de Gernika, donde es sometida a un tratamiento de reposo, filtrado y microfiltrado antes de ser embotellada.

Durante este proceso, las sales disueltas en las bebidas isotónicas de agua de mar son rebajadas hasta los ocho gramos por litro. Además, se les añaden edulcorantes naturales para darles diferentes sabores y un cierto regusto dulce. “No podríamos utilizar zumos de naranja o limón, porque se pudrirían”, afirma Leiba.

Por su parte, el agua hipertónica, la que se comercializa para cocinar y no es apta para un consumo directo, mantiene 34 gramos por litro de sales disueltas.

Pero, ¿por qué beber agua de mar? Los responsables de la compañía defienden que contiene un conjunto de sales con hasta setenta elementos químicos, entre ellos el magnesio, el yodo, el potasio o el sodio. Y al mismo tiempo que el producto calma la sed, también introduce en el organismo estos compuestos. “Es una forma de que el cuerpo absorba estas sales de una forma mucho más natural que si, por ejemplo, tomas una pastilla”, asegura.

GASTRONOMÍA En el caso del agua de mar apta para cocinar, su utilización permite dar a los alimentos un toque salado natural y, además, aprovecha el resto de propiedades del agua marina. “Cualquiera puede hacer la prueba de la patata, que consiste en cocer con agua de mar una patata y otra con agua de grifo y comprobar cuál sabe mejor. Se puede ir a la playa y coger agua de mar para cocinar, pero la que comercializamos nosotros se obtiene en alta mar para evitar contaminaciones y tiene todas las garantías sanitarias”, destaca.

Hasta donde conocen los responsables de la empresa de Gernika, son los únicos que comercializan agua de mar obtenida del Cantábrico y los primeros en ofrecer botellines de esta bebida con sabores, si bien en el Estado español existen otras compañías que venden agua del Mediterráneo. ¿Sabe mejor la del Mediterráneo o la del Cantábrico? “Depende del gusto de cada cual”, tercia el responsable de la compañía vizcaina.

Aunque el precio de venta al público depende del comercio que lo ofrezca, un botellín de medio litro de agua de mar tiene un coste similar al de los refrescos isotónicos convencionales, detalla Leiba.