Síguenos en redes sociales:

Andrea Ropero: “He hecho toda la calle que se puede hacer y me he tragado guardias por un tubo”

Es copresentadora de ‘La Sexta noche’ junto con Iñaki López. Llevan tres años y medio juntos en televisión y están satisfechos de los resultados de un programa que respira política por todos sus poros

Andrea Ropero: “He hecho toda la calle que se puede hacer y me he tragado guardias por un tubo”Foto: Ainara García

bilbao - Era redactora para La Sexta Noticias, hacía reportajes y directos para informativos; también muchos directos para Al rojo vivo, el programa de Antonio García Ferreras. “He hecho toda la calle que se puede hacer, me he tragado guardias por un tubo. Me tocó cubrir acontecimientos muy interesantes”, afirma.

¿Más entretenido hacer calle que estar en plató?

-Es distinto. Para pasar por el plató antes debes pasar por la calle. Hacer calle es un trabajo que curte y aprendes a hacer de todo. A mí me ha servido de mucho, de muchísimo. Además en una delegación como Barcelona. Cubríamos Francia, Baleares, Aragón? estábamos todo el día en la calle; éramos un cámara y yo, y búscate la vida.

Duro, pero parece haber disfrutado mucho.

-Y tanto. Lo que ocurre es que ahora mismo las cosquillitas y las maripositas me las da el plató.

Haciendo calle hay variedad de contenidos, ahora solo es política. ¿No le aburre?

-No, es un tema que siempre me ha gustado mucho. Es verdad que hay cierta saturación en los ciudadanos y también en parte de la gente que estamos todo el día hablando de política. Pero se agradece que haya esta chicha y que la política esté tan convulsa.

¿Esa convulsión es buena para el ciudadano de a pie?

-Hablo desde el punto de vista de una persona que trabaja en un medio de comunicación. Nos quejaremos el día que la política sea una balsa de aceite. Prefiero esto, pero es verdad -y lo notas en la calle-, que los ciudadanos están hartos.

Hartos, pero hay mucha tranquilidad aparente. Se protesta poco, ¿no le parece?

-A mí lo que me preocupa es que si los políticos no se ponen las pilas y vamos a unas terceras elecciones, puede haber una gran abstención.

¿Ve posibles nuevas elecciones?

-Esperemos que no, a mí esa posibilidad me aterroriza. Si la gente está ya como está, imagínese lo que puede pasar si tenemos una tercera convocatoria.

¿No le cansan los tertulianos tan viscerales? Toda la noche a gritos entre ellos.

-Es verdad que hay momentos complicados, pero ahí está Iñaki lidiando con ellos. Yo pongo la carta sobre la mesa y luego ellos se matan o se pegan sobre los datos que doy.

Vamos a ser un poco frívolas. ¿Cómo aguanta cinco horas sobre esos taconazos?

-Le confieso que la primera vez que entré al plato iba descalza con los tacones en la mano. Como puede comprobar, en mi día a día no llevo muchos tacones. Entiendo que para presentar no puedo ir con zapatillas. Al principio me costaba, pero tres años y medio después forman parte de mí.

Por curiosidad, ¿cuánto miden los tacones que lleva?

-Créame, nunca los he medido. Pero algunos tendrán entre los diez y los doce centímetros. Nunca lo he hecho, pero los mediré la próxima vez que me los ponga.

¿No le parece que cinco horas es mucho tiempo para un programa?

-Hay programas que pueden hacerse largos en cuanto a contenido, pero siempre son apasionantes. Nunca me había imaginado estar copresentando un programa de ámbito general de política, de entrevistas a primeras espadas de la política o de la cultura. El cansancio que producen cinco horas en directo, que es mucho tiempo, no hay que negarlo, se amortigua con todo lo demás.

¿No tiene ninguna queja?

-No. No están los tiempos para quejarse y no soy de las que les gusta quejarse. Cada programa es un reto, lo disfruto y pienso: ¡Qué maravilla es poder estar haciendo esto!

Dicen que las cadenas sólo confían la noche de fin de año a los presentadores en los que confían.

-Bueno, bueno? ¡Cómo lo viví! El día que me lo dijeron ni me lo creía. Recuerdo esa noche como una de las más especiales de mi vida. Me lo pasé como una niña pequeña. Además con Alberto Chicote, que ya nos conocíamos, se generó una química especial. Cuando te asomas al balcón es indescriptible, ves algo que has visto toda tu vida por la tele, el reloj de la Puerta del Sol. Chicote y yo arrasamos con todo el cava que había por allí.

Fue más modosita que Cristina Pedroche con el vestido, nada arriesgada.

-Eso se lo dejo a Cristina que lo hace mejor que yo. Me preocupaba lo del vestido, pero lo tenía claro: un punto sexy, pero nada más.

¿Qué tal se lleva en estos momentos con la prensa del corazón, con los medios que publicaron su relación con Iñaki López?

-Es un tema delicado. No voy a hablar nunca de mi vida privada, no tiene ningún interés. A mí me sorprendió ver lo que salió hace unos meses.

Pues hay quien se forra con esos temas...

-Yo respeto que cada uno haga con su vida lo que quiera, que cada uno mercadee con sus temas como le apetezca; yo no quiero eso. Soy conocida por mi trabajo en televisión, y ya; no quiero pasar esa línea. Mi vida privada no tiene precio y no voy a hablar de ella.