DILUVIABA y había muchos animales. Pero no era un arca, ni eran dos representantes de cada especie... Llover sí llovía, jarreaba... Eran 250 ovejas en el centro de Algorta, en la urbe getxotarra de casi 80.000 habitantes. A las 14.00 horas de ayer, cuando las nubes más se enfadaron y empezaron a descargar agua con furia, el rebaño de Mikel Etxezarreta y su mujer, Eli Arrillaga, finalizaba la aventura en la que les habían embarcado Fredi Paia y Aitor Gisasola, autores de un documental sobre la trashumancia. “Ha sido una liada entrañable”. Así definía el propio Fredi un proyecto que echa un cariñoso vistazo a un pasado todavía reciente.
Y es que la iniciativa quiere evocar la trashumancia vigente en Euskal Herria, y en concreto en la comarca de Eskuinaldea y Uribe Kosta, hasta la década de los 80. Para ello, los pastores Mikel y Eli, junto a sus 250 ovejas, acompañados por los responsables del documental, reprodujeron uno de los recorridos que se dibujaban en los mapas de antaño. Un paseo de cinco días. El itinerario lo efectuaron a pie, a excepción de algunos tramos que realizaron en camión. La primera etapa comenzó en Urbia (Zegama) y culminó en Otxandio; la segunda encaminó al rebaño hasta Artaun, en Dima; la tercera, hasta Larrabetzu; la cuarta, hasta Barrika, y la quinta finalizó ayer en Getxo, en la plaza de la Estación de Algorta, donde se agolpó una multitud de curiosos ataviados con sus chubasqueros y cobijados bajo los paraguas.
Gran interés “¿Te acuerdas cuándo veíamos las ovejas en Atxondo?”, comentaba un grupo de señoras, con frescos recuerdos rurales, en contraposición a la infinidad de niños que miraban asombrados a esos animalitos de baserri que prácticamente solo conocen por los libros. “En todos los pueblos hemos tenido un gran recibimiento. Así que mi conclusión de este proyecto es que la gente está necesitada de naturaleza”, señalaba Fredi en la línea de meta getxotarra.
Mikel y Eli sí saben bien lo que es el universo natural. Desempeñan el oficio de pastor siguiendo con el legado familiar y con la profesión a la que tantos vecinos del Goierri guipuzcoano se han dedicado. Esos pastores que partían hacia Getxo o Barrika, huyendo de las nevadas y en busca de pasto para los rebaños... Mikel practicó la trashumancia por última vez “hace unos treinta años”. “A día de hoy es imposible hacerla al haber tanto tráfico. De hecho, en este recorrido hemos tenido que hacer partes en camión porque no podíamos ir por la carretera”, explicó.
Todo ello no borró la magia a esta experiencia tan “positiva”. Además, las ovejas, que ya no llevan en los genes eso de pegarse tantas kilometradas, se comportaron como campeonas. “Nos hemos cansado un poco, pero han respondido bien, que yo tenía mis dudas al principio...”, confesaba Mikel.
Todo lo acontecido: la preparación, los permisos, el camino, los alojamientos, el apoyo de la gente que les ha dado comida... ha quedado registrado en las cámaras de Fredi y Aitor. De ahí saldrá el trabajo Akabuko martxe, que rendirá homenaje a los pastores y pondrá en valor la riqueza que supuso la trashumancia para las relaciones entre distintas poblaciones. Un documental de una hora de duración, en euskera y con subtítulos, que previsiblemente estará listo para finales de año.