“Vista Alegre necesita más amor y menos intereses”
Bilbao - En la década de los 80, Andrés Duque, “torero antes que ingeniero” (lidió 44 novilladas y asegura que el torero nace y el ingeniero se hace...), ejercía un singular oficio: crítico taurino de Egin. Lo fue también de El País y la Cadena Ser y pregona que sufrió amenazas por su defensa de la Fiesta. Las videotecas almacenan tres documentales sobre el toro en el País Vasco que se emitieron en TVE, apoyándose en la cultura de Julio Caro Baroja y Aita Barandiaran. Hoy mira Vista Alegre con nostalgia y cierto dolor.
¿Qué necesita la plaza de toros de Bilbao a su juicio?
-Buscar su buena estrella. Está dejada de la mano de Dios y es una caricatura patética de lo que fue. Necesita gestores que la quieran por amor y no por intereses. Impera la fiebre del figurineo y hay un sentimiento de desamparo que ha trascendido al exterior, en Madrid, en Salamanca.
Dice que no le gusta lo que escucha por plazas y dehesas?
-Se rumorea que hay anomalías en la gestión, que ha perdido la seriedad en la concesión de trofeos y en el criterio del público.
¿No sigue firme el ‘toro de Bilbao’?
-También se ha perdido. No se entiende que los gestores hagan cinco viajes al año para ver toros y acaben trayendo el hierro de Bañuelos, que pasta a 80 kilómetros de Bilbao, para verla como la corrida peor presentada en la historia de la plaza.
¡No deja títere con cabeza!
-¿Cómo se explica que este año se hayan dado 18 orejas cuando la media de los últimos años era de cinco? Para mantenerse en el poder. El presidente se ha creído el gurú del palco.
Es un hombre exigente
-¿Con la espada, por ejemplo? A este paso los toros en Vista Alegre van a tener que salir con una diana en el espinazo, en el morrillo. O no tiene cabeza o no tiene corazón.
¿A quien señala?
-A los taurinos profesionales, el taurineo. Son los mayores enemigos de la Fiesta, por encima de los antitaurinos, que son una moda. Pero el toreo no está hecho para el sufrimiento del toro. Mi mujer me dice que aún hoy, al torear algunas vacas, les digo palabras más bonitas que a ella.
¿Qué no ven en una corrida de toros?
-Vargas Llosa decía que los toros son un alimento espiritual, tan enriquecedor como un concierto de Beethoven, una obra de Shakespeare o un poema de Vallejo.
¿Qué haría falta?
-Un cambio de 360º. No se pueden hacer las cosas como hace 50 años, poniendo cuatro carteles en las esquinas. En Francia, por ejemplo, se consulta con la afición qué toros y qué toreros quieren ver. En Pamplona, en Azpeitia, en Deba o en Zestoa no tienen asesor taurino; en Madrid se rodea a los toros de un halo cultural.
¿No le gustan los asesores taurinos?
-El de Bilbao se lleva el 8% bruto de la taquilla. ¿Por qué no se hace empresario y da ese porcentaje a la Misericordia? Hace falta un asesor cultural.
¿Qué escucha del aficionado?
-Recela del presidente, de los miembros de la Junta que llevan el asunto taurino, del asesor. De aquellos que hibernan como el Conde Drácula en su ataúd.
torero e ingeniero