LA ilusión y el amor por su trabajo ayudan a la diseñadora Joana Diestre a vestir sueños y a escribir auténticas historias de amor. Esta joven emprendedora comenzó con su hermana Nekane en Bámbola, una pequeña tienda de complementos en Zornotza, donde su abuelo regentó una zapatería durante años. Pero pronto se le quedó pequeña. Su siguiente paso fue abrir a pocos metros una tienda de trajes de fiesta, Bambolina, que funcionó tan bien que pronto decidió trasladarse a un local mayor en Portugalete.
Fue entonces cuando Joana Diestre, que en 2008 ganó uno de los premios más importantes de la mejor pasarela para jóvenes diseñadores del Estado en Vigo, se dio cuenta de que quería algo más. “El diseño de vestidos de novia tiene algo muy especial, casi mágico, y además es de los pocos sectores en los que puedes confeccionar artesanalmente y utilizar tejidos de mucha calidad”, confiesa.
Por ello, ha decidido dedicarse a aconsejar a las mujeres en uno de los días más felices de su vida. Además, desde 2014 tiene su propia colección de novia. Joana cuenta con dos ateliers en Bilbao, La Esposa en Gran Vía 80 y en Máximo Aguirre, y acaba de abrir un corner en el Corte Inglés de Bilbao y abrirá otro en septiembre en el de Castellana en Madrid. En ellos, sus diseños de novias y de ropa de fiesta se mezclan con los de diseñadores como Raimon Bundó, Jesús Peiró o Yolan Cris, que se mueven entre la elegancia y el atrevimiento, creando tendencia en todo el mundo. También disponen de otras colecciones de vestidos exclusivos en el Estado que proceden de Londres y Estambul. Un producto que sigue los cánones de la alta costura, pero readaptado a los esquemas de la moda actual.
Los diseños parten de la sencillez de los patrones y la excelencia en los materiales. Brocados, gasas, tules, satenes, encajes, guipures, organzas.... Auténticas joyas de arte.
asesorar Para Joana Diestre es muy importante que todas “las novias vivan su boda como ellas quieren, es su día y lo pueden celebrar a su manera sin imposiciones de ningún tipo. Cada persona es diferente, con lo cual tiene su forma de celebrarlo”.
Esta joven diseñadora no se limita a vender un vestido. “Aconsejamos a las novias sobre qué ponerse en un día que promete ser especial. Para ello, hay que hablar con la novia y fijarse en todo, en su forma de vestir habitual, en la manera de moverse, en la información que transmitimos a través de nuestra imagen... Todo habla de nuestros gustos, de nuestras aficiones y forma de ser. Cada novia tiene su estilo propio y nuestro trabajo es intentar captarlo y que encaje con su personalidad. Quiero que se sientan ellas mismas, nada disfrazadas”, explica la diseñadora vasca.
Aunque reconoce que en Euskadi somos un poco clásicos a la hora de elegir un vestido de novia, cada vez hay más mujeres que demandan vestidos atrevidos y diferentes para esta ocasión. “Poco a poco, empiezan a venir clientas que huyen del blanco, que incluso eligen un vestido rojo para ese día. ¿Por qué no? Se trata de que cada una elija lo que más le guste, que se sienta cómoda con su vestido de novia. Es un día para disfrutarlo”.
¿Y por qué recurrir a la alta costura frente al prêt-à-porter ? “En la alta costura puedes dedicar mucho tiempo a la creatividad y los vestidos tienen una carga emocional muy importante, frente al prêt-à-porter. Además, existe la idea de que la alta costura es un lujo para muy pocos bolsillos y no es así. Hay un amplio abanico de precios”. El sector nupcial es uno de los que más factura cada año a nivel mundial, llegando a 181.136 millones de euros, con una media de 40 millones de parejas.