bilbao - En el teatro se convierte en un transexual y cuenta con el aplauso del público y la crítica. En televisión el éxito también le sonríe porque la serie Allí abajo, en la que interpreta a un andaluz de clase alta, está obteniendo unos resultados de audiencia sorprendentes. Le gusta el sentido del humor vasco, aunque él practica el andaluz. No quiere ser desagradecido con Mauricio Colmenero pero prefiere pasar página y dar vida durante mucho tiempo a Don Benito Benjumea, el sevillano de rancio abolengo que interpreta en la ficción de Antena 3.

Deja ‘Aída’ y se mete en un musical, vaya cambio, ¿no?

-Y tanto. Estuve diez años con Mauricio Colmenero y me apetecía cambiar de palo, no es que reniegue de ese personaje, pero sí dejarlo aparcado. Acabo con Mauricio y me llega este bombón.

¿Cómo es Bernardette?

-Lo contrario a Mauricio. Fue un reto tremendo porque tenía que cantar y bailar; estoy encantado, qué experiencia estoy viviendo. También en Allí abajo, la gente me lo comenta y en este trabajo que hago para Antena 3 Mauricio ha desaparecido prácticamente y estoy contento.

¿Cómo ve a su personaje en esta serie?

-Es un personaje noble, pertenece a la clase alta y recuerda a la Sevilla o la Andalucía antigua; la Andalucía clasista, un señor que se siente muy solo y que entra por una serie de circunstancias en una clínica privada y allí está mejor, más acompañado; encuentra más cariño en el hospital que en su propia casa.

Una serie también de éxito, siempre escoge trabajos que funcionan.

-Ojalá fuera siempre sí. La clave del éxito nunca sabes dónde está, en televisión es difícil adivinar qué va a funcionar.

¿No tiene ojo para adivinar?

-¡Qué va! Soy muy torpe, hay quien lee un guión y dice: Es un bombazo. Yo leo una cosa y digo: Lo hago, me gusta. Pero saber qué audiencia va a tener, cuál va a ser su futuro, pues no. Evidentemente, quieres que tenga repercusión y que sea seguida.

¿Ve tanta diferencia entre vascos y andaluces?

-Tanta diferencia y tan poca diferencia, tenemos unas pautas que hermanan; pero es cierto que el clima, el ambiente, tu educación o la historia te marcan. Ahora que estamos conviviendo con ellos, con los vascos, te puedo decir que nos llevamos de maravilla.

¿Cree en los tópicos?

-Están ahí, y están ahí por algo. Que los andaluces son graciosos y disparatados hablando, es una realidad y yo no lo voy a negar. Que el vasco es más cuadriculado, más sobrio y más parco, también. Pero hay muchos vascos divertidos y cariñosos, claro que sí. Somos diferentes e iguales, pero vascos y andaluces estamos metidos en el mismo gazpacho.

Hay quien compara esta serie con ‘8 apellidos vascos’.

-A mí me dicen: Vamos a hacer una serie de andaluces y de vascos; rápidamente me viene a la cabeza la película. Los directivos dicen que esta serie estaba encima de la mesa mucho antes. Es verdad que lo que da de sí una película de hora y media o dos horas es lo que pueden durar un par de capítulos. La serie abre muchas más puertas a diferentes situaciones, gags y momentos distintos. Ahí está cómo responde la audiencia y también la cadena, ya se está elucubrando una segunda temporada.

¿Había visto ‘8 apellidos vascos’?

-Sí, claro. Te voy a ser sincero, me reí muchísimo, me encantó, me lo pasé muy bien viendo la película. Es cierto que fui a verla al principio; cuando algo coge mucha fama, se crean unas expectativas que a lo mejor a la gente le parece que al final no es para tanto. A mí me pareció superdivertida.

Don Benito Benjumea...

-Ese soy yo, ¿qué te parece?

¿Un nombre y un apellido con enjundia?

-Ja, ja, ja... BB, como Brigitte Bardot. Es un personaje de rancio abolengo, nada que ver con el loco de Mauricio Colmenero.

¿Le caía bien Mauricio?

-Era un poco especial, loco, disparatado, egoísta... No aparentaba ser un buen hombre, un poco marrullero. Pero es un personaje al que guardo un gran cariño, he estado diez años de mi vida con él pegado a mí y me ha dado mucho: un premio Ondas, otro de la Unión de Actores y trabajo durante una década, no le puedo pedir más.

Pero quería olvidarle.

-Terminas un trabajo y te apetece cambiar de perfil. Ser actor es dar vida a muchas personalidades. Ahora estoy contento con Bernardette en el musical y con Don Benito Benjumea. Cuando estos terminen volveremos a empezar con otras historias.

Don Benito es sobrio y Mauricio alocado, ¿costaba mucho esfuerzo construir al personaje de ‘Aída’?

-No. Yo soy un actor de muy para fuera y me tienen que decir: Para, para, no te lances tanto, hay que atar más corto al personaje. Los actores somos pura víscera, y las vísceras salen a flote; nos desmadramos un poco. Mauricio era un personaje muy a tope, se iba arriba, era muy desmadrado.

¿Creíble?

-Los tienes a la vuelta de la esquina; si sabes buscar a los personajes que ves en la tele seguro que los tienes en tu bloque de casa, en el bar de enfrente o en la tienda. Mauricio era muy reconocible, quizá otros tienes que rebuscar más e hilar más fino.

¿Animado a hacer una segunda temporada de ‘Allí abajo’?

-Yo no digo que no, quiero más tramas y más jaleo para mi personaje, pero yo estoy encantado con la respuesta del público.