BILBAO - Carla viene a menudo a Bilbao para ver a su madre y a su abuela, propietarias de la emblemática pastelería Arrese. Pero desde hace un año y medio tiene otro motivo más para visitar la villa de Don Diego, los eventos que de forma puntual organiza para su clientela la tienda Matxi de Bilbao, uno de los puntos de venta de su firma Carla Bulgaria Roses Beauty, basada en el agua de Rosa de Bulgaria (Rosa Damascena). “Es la excusa perfecta para acudir a ver a mi familia y apoyar a Isabel y María Elorriaga en su establecimiento; me encanta el trato directo con el público”, dice la empresaria, bloguera, escritora de varios libros, madre de tres hijos y, aunque no ejerce de ello, princesa de Panagiusristhe por su matrimonio con Kubrat, hijo del exrey Simeón de Bulgaria.

De la jet-set madrileña, relaciones públicas, escritora... ¿Qué le lleva a un mundo tan competitivo como el de la cosmética?

-En 1998 visité Bulgaria por primera vez y descubrí los productos que hacen con el agua de rosa, la flor típica del país. Al ir más y al usar agua de rosas compré un montón de productos, cremas... para mí y mis amigas. No solo se enamoró mi piel de ellas, también las de mis amigas. De 1998 hasta 2003 traía cremas para todas.

¿Esto le animó a crear su firma?

-En 2003 fui al Valle de las Rosas y me maravillaron sus 900 kilómetros cuadrados de plantación. Visité laboratorios, destilerías; me empapé de la recolecta y vi la ilusión que la gente ponía en sus rosas y pensé que con ese espíritu y lo que transmitían había que traerlo a España. Empezamos en 2003 y salimos en 2008

Arrancó en plena crisis.

-Sí. Fueron cinco largos años en los que me metí en el tema de la legislación. También quise que un laboratorio formulara para mí para que tuviéramos el mayor porcentaje de agua de rosas del mercado.

¿En estos años no ha pensado en tirar la toalla alguna vez?

-Muchas. En una empresa cosmética debes de estar al tanto de infinidad de cosas. Eso que por parte del laboratorio siempre he tenido muchísimo apoyo, pero a nivel de instituciones, por parte gubernamental es donde no encontraba ninguna ayuda.

¿Ser conocida, princesa de Panagiusristhe, y salir en las revistas le ha beneficiado?

-Me ha ayudado a dar a conocer más fácilmente la marca, pero no todo son ventajas. Te miran con lupa y no te permiten un error. Siempre son más las obligaciones que los derechos.

¿Para qué sirve ser princesa?

-A mí, para estar orgullosa de pertenecer a una familia como la Sajonia-Coburgo-Gotha. También para que te hagan un poco más de caso en una entrevista o para que alguien cuando le llamas se ponga al teléfono, pero te van a mirar con lupa. Mi laboratorio siempre me dice que soy la cliente más exigente. Los demás ponen solo el dinero, yo vendo cremas que van con mi nombre y mi cara. Quiero que sea lo mejor, no puedo permitirme el lujo de errores.

¿Vive ya de la cosmética?

-Aún no. Estoy sacando la firma adelante, lo voy a conseguir, aunque cuesta y eso que tengo a los medios a mi favor. Por eso me imagino lo que tienen que luchar los que no tienen contactos.

¿Por eso ha creado una plataforma de apoyo a los autónomos?

-Sí, Se llama Asociación Emprende And Tweet. Es una asociación abierta a todo tipo de profesionales, que hemos formado para apoyar a los autónomos de toda España. Nuestra filosofía es la unión hace la fuerza. Pymes y autónomos son el motor de la economía. Seríamos capaces de absorber mucho paro si nos lo permitieran.

En su blog lanzó la campaña ‘Yo me mojo’ contra el IVA

-Es que con la subida del IVA a las pymes nos asfixian. Consideré que tenía que mostrar mi opinión contraria a las variaciones que perjudican a los emprendedores.

Una princesa reivindicativa

-La gente me ve en eventos y pensará que mi vida es una permanente fiesta. Es cierto que salgo en televisión, voy a la radio, aparezco en las revistas o en un photocall, pero no sabe, no tiene porqué, que me levanto a las 7.00 y que cada día me pateo y recorro Madrid en moto para cerrar acuerdos comerciales.