Bilbao - Hace ahora treinta años Juan Manuel Angulo se convirtió en Don Manuel, un pastelero que se formó junto a Felipe Zorita, uno de los grandes, el amo y señor de la pastelería Felipe. Hoy Juan Manuel es todo un referente y sentado en la terraza de su local, agradece a los viandantes los saludos y felicitaciones. “Yo también soy empresario como usted y sé lo difícil que es aguantar treinta años. ¡Enhorabuena!”, le espeta un vecino. A él, y a otros miles..., Don Manuel les endulza la vida.

¿Empresario? ¡Menuda responsabilidad!

-¡Y que lo diga! En 300 metros cuadrados trabajamos más de veinte personas. Si todos los comercios tuviesen ese ratio, acabábamos con la crisis en un santiamén.

La vocación nació...

-Por un vecino. Me preguntó si estaba interesado y cogí aquel tren. Ya no me bajo hasta la última parada. Siempre digo que no me jubilaré hasta los 80.

¿Cuánto ha cambiado la pastelería en medio siglo?

-Mucho. Es menos dulce, menos pesada, más elaborada que cuando yo empecé. Se ha incorporado la tecnología y se elabora mejor.

Hay quien dice que los de hoy ya no saben como los de antaño

-Antes solo se comían los domingos y los días de celebración. Ahora se comen casi a diario y ya no hay tanta ansiedad ni tanto entusiasmo. Por eso no llaman tanto la atención.

El ‘pastel de Bilbao’: eso son palabras mayúsculas

-Bilbao siempre ha sido un referente importante y lo sigue siendo aunque la industria lo ha cambiado todo.

¿Quiere decir que...?

-Los pasteles ya no son tan artesanos, tienen más química. Pero en Bilbao todavía quedan pastelerías artesanas donde todo es distinto y el obrador trabaja a diario en función de las circunstancias.

¿Que son?

-Andamos un poco como los agricultores, mirando al tiempo. Si hay sol y buen tiempo, hay que bajar la producción. Con el frío, la gente come distinto. El cuerpo te pide más.

¿La diabetes es el enemigo público número uno de la carolina?

-Ja, ja, ja. La diabetes, las dietas... Pero también se pueden bajar los niveles con algo de ejercicio físico. Yo recomiendo andar y adelgazar para poder darse un capricho...

Después de un chuletón no hay sitio para una buena tarta

-Se habla de comer fruta por delante, no solo como postre. ¿Por qué no se puede hacer lo mismo con el dulce? Hace falta imaginación.

Y un Arzak de la repostería...

-La pastelería es la hermana pobre de la alta gastronomía y se hacen maravillas. Dar la espalda a los dulces es algo injusto.

Don bollo de mantequilla...

-Que nació porque a los bilbainos el bollo de leche o el suizo nos parecían sosos.

¡Y doña carolina!

-Que les gusta, sobre todo, a los niños y a las personas mayores.

¡Y a las mujeres!

-Yo veo que el gusto por el dulce está repartido al cincuenta por ciento. Quizás el hombre sea más pudoroso y le dé vergüenza ir por la calle comiéndose un pastel de arroz.

maestro pastelero de don manuel