Bilbao - La marea le trajo hasta Bilbao desde Bermeo, la tierra donde las cunas tienen forma de embarcación. José Manuel Garay, pintor, se ganó el sobrenombre de Tánbor por obra y gracia de Juan Garay Lejarza, un antepasado del siglo XVIII por su habilidad con el instrumento. Vuelve a escena tras su reaparición en el bar Alameda, un clásico de Bilbao donde ha pintado paisajes que le son propios como el Guggenheim, la Alhóndiga y la ría. Nació con mano para la pintura, por mucho que le atribuyan una vida laboral como delineante proyectista naval. El lo sabía con 8 años...

¿Qué pasó entonces?

-Era 1945 y dibuje la escena del carromato de Pinocho y Stromboli con acuarela. Un hermano menesiano, Juan Bautista Roberto, ya me dijo entonces que tenía una mano extraordinaria.

¿No le van a pasar factura en Bermeo?

-¿Por qué?

Pintar sobre Bilbao siendo de aquella tierra...

-Yo soy bermeano y presumo de serlo. Puedo pintar Bermeo de memoria, casi a ciegas. No me gusta hablar más porque luego te malinterpretan: piensan que unos son más y otros son menos.

Con la tradición musical de su familia tendrá algún recuerdo...

-Yo tocaba el tambor y el atabal. Íbamos a La Rioja con la banda del txoko invitados por todas las bodegas. Parábamos en el Jatorrena y desde allí...

Se convertiría en un experto del vino...

-Ja, ja, ja. Venía un enólogo y nos contaba todo, venía otro y le decíamos "No nos cuentes la misma novela..."

Recuerda el día en que...

-¿Me hice pintor? Tenía 20 años y estudiaba maestría industrial y perito. De pronto decidí volver a Bermeo y dije en casa que no quería engañar a nadie... ¡La que se armó! Le dije a mi padre: tú navegas y yo gasto el dinero. Voy a trabajar. Voy a trabajar a la oficina técnica de Etxebarria.Le preguntaba por la pintura...

-Ahí empezó. De allí pasé a las artes graficas. Trabajé con Retana en la Gran Enciclopedia Vasca. Un día trajo unos cuadros suyos para pagar....

¿Y?

-Me dijo que un Arteta, en los años setenta, costaba un millón de pesetas y yo pensé: ¡Eso lo hago yo! Me voy a dedicar a pintor.

¡Lo logró!

-Recuerdo que estaba pintando un cuadro de Bermeo y me visitó un abogado. Me dijo que acabase el cuadro y que me pagaba 75.000 pesetas por él. Desde ese día sentí que podía ser pintor. Y eso que soy un autodidacta.

Creo que tiene algún vínculo con el Athletic.

-En 1984, ya en Bilbao, done el cuadro titulado Athletic herria da. Y luego hice mucha amistad con Kendall, a quien dibujé en Newcastle en su día de cumpleaños. ¡Lo que disfrutamos!

Quienes le conocen le definen, también, como un bonvivant.

-Hay que vivir disfrutando lo que se pueda y sin hacer daño a nadie.

Así no se consigue una de las aspiraciones de muchos: que le erijan una estatua.

-Cada uno esculpe su propia estatua a diario; ahí está el mérito.

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