Barbra Streisand celebra sus 71 años y el Premio Charles Chaplin
La artista dice que el cine y las personas le han fallado, "pero la música nunca"
nueva york. "Siempre han dicho de mí misma que soy mandona y contestona. Supongo que es verdad", dijo Barbra Streisand al celebrar el lunes por la noche dos cosas en Nueva York: su 71 cumpleaños y la entrega del Premio Charles Chaplin de la Film Society del Lincoln Center a toda su carrera cinematográfica. Al acto acudieron Liza Minnelli, Pierce Brosnan, Michael Douglas o personalidades como el expresidente Bill Clinton, que le entregó el galardón. Pero nadie pudo eclipsarla a ella, a la diva polifacética ganadora de los cuatro grandes premios del mundo del espectáculo: el Grammy, el Oscar, el Emmy y el Tony.
Barbrara Streisand, que eliminó la cuarta "a" de su nombre para ser única, hace tiempo que podría haberla recuperado sin dejar de serlo. En la entrega de este premio que también han recibido Liz Taylor o Meryl Streep y reúne a lo más granado de la profesión en Nueva York, la actriz y directora de El príncipe de las mareas reconoció que el cine es su vocación por encima de las demás artes. "Siempre quise escapar de la realidad y ser actriz era mi manera de hacerlo. Agradezco a Dios que me diera esta voz que me abrió las puertas de la actuación", declaró ante la audiencia enfervorizada de una gala que recaudó dos millones de dólares. Aunque también aseguró que el cine le había "fallado, las personas también, pero la música nunca". Con esa belleza poco ortodoxa culminada con una gran nariz que le convirtió en inesperada portada del Vogue en 1964 y con un carácter que recordaba a la Katharine Hepburn de los años 30, Streisand reinventó el rol de la mujer en la industria del cine no tanto con su debut en Funny Girl como con su carrera como directora, estrenada con Yentl.
Charles Chaplin fue quien dio nombre a este premio, que celebró su 40 aniversario con una cena regada con vodka de Grey Goose y que congregó también a la ganadora del año pasado, la francesa Catherine Deneuve. "Él me enseñó que la verdadera creatividad no tiene límites", dijo la cantante de Evergreen, quien repasó su carrera mentando al director que le brindó su primera oportunidad, William Wyler; a su compañero de reparto en Ha nacido una estrella, Kris Kristofferson, también presente en el homenaje, o a Sidney Pollack. Liza Minnelli, junto con Tony Bennett y el compositor de The Way We Were, Alan Bergman, protagonizaron los momentos musicales de este homenaje, en el que ella renunció a cantar y se centró en recordar "tal como era" y en mostrarse "tal como es". "Si quieres ser bueno, tienes que ser real y auténtico", afirmó la misma persona que decidió que en los musicales para el cine no haría playback y quien, para la ocasión, volvió a apostar por un modelo de su compañera de estudios en Brooklyn, Donna Karan.
La transición de la estrella extrañamente romántica a la incómoda intelectual feminista de izquierdas vino, precisamente, con Tal como éramos, pero, sobre todo, con Yentl. "Fue muy difícil para mí llegar a dirigir. Todo lo que quería contar era sumamente relevante, pero los productores no lo pensaban así. Tuve que convertir aquella historia en un musical para convencerles de que la financiaran", rememoró. Los Oscar le dieron la espalda, pero ella descubrió el maravilloso acto de "explorar historias que están marcadas por lo que nos une a todos y tener una experiencia entre la moda, la arquitectura, la psicología y el arte en general", dijo.