sevilla. Cuatro peritos que comparecieron ayer en el juicio contra José Ortega Cano declararon que bebió mucho, que la alcoholemia real que tenía era muy superior a los 1,26 gramos por los que está acusado y que no pudo producirse una contaminación de la prueba. El juicio escuchó ayer a un perito que situó la alcoholemia real en el momento del accidente en 1,63 gramos de alcohol por litro de sangre, ya que el índice de 1,26 gramos por el que está imputado se obtuvo dos horas y media después. Afirmó que Ortega Cano tenía una "embriaguez completa" y presentaba una "conciencia muy restringida" de sí mismo, no era consciente del peligro y que con esa concentración de alcohol se llega a sufrir alteraciones de la vista. En contra de su declaración de que solo se mojó los labios con una copa de cava, el perito dijo que la intoxicación que tenía equivale a ocho o diez cervezas, a cuatro o seis vasos de vino y a cuatro o cinco copas de licor. Esta apreciación fue confirmada por dos técnicas del Instituto Nacional de Toxicología en Sevilla, que aseguraron que cuando se tomaron las muestras el organismo estaba ya en fase de eliminación del alcohol, por lo que es probable que en el accidente la alcoholemia fuese mayor. Por ello, el acusado debió consumir un cantidad "considerable", dijeron estas expertas, quienes descartaron que 1,26 gramos por litro de sangre se pueda alcanzar por una copa de cava. Añadieron que no observaron "ningún signo de alteración de la muestra" que analizaron, apreciación en la que coincidió el director de Hematología del hospital Virgen Macarena de Sevilla, donde ingresó Ortega Cano.
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