YA ha sido caminado muchas veces, pero esta es la primera que lo ofrecemos al mundo". Josep Lluís Iriberri, representante de la provincia jesuística Tarraconense (Catalunya), fue uno de los encargados de presentar ayer en Donostia el Camino Ignaciano, "una nueva experiencia de peregrinación para las mujeres y los hombres del siglo XXI", como la definió Chris Lowney, experto en liderazgo empresarial y, junto con Iriberri, promotores de esta renovada ruta.

La puesta de largo tuvo lugar dos veces, por la tarde en un acto oficial ante los agentes sociales y económicos de Euskadi -entre ellos, el primer peregrino en cruzar la Puerta Santa de la catedral de Santiago en el anterior Año Xacobeo (2010), el zumarragarra Fermín Lopetegui-, a los que reclamaron su apoyo para involucrarse en esta "aventura", y por la mañana en una rueda de prensa para los medios de comunicación, en la que desvelaron los detalles de esta ruta que pretende convertirse en un "camino para todos". Les acompañó también el superior provincial de Loiola, Juan José Etxeberria, quien explicó que el objetivo que se ha planteado la Compañía de Jesús al lanzar al público este camino es "recuperar la peregrinación que San Ignacio hizo en 1522 desde Loiola y ofrecerla a los hombres de hoy como una experiencia transformadora".

conversión El fundador de los jesuitas realizó esta peregrinación como parte de un viaje más largo hacia Tierra Santa, justo después de caer herido durante la defensa de Iruñea frente a las tropas francesas y sufrir, durante la convalecencia, una "profunda transformación espiritual", lo que se conoce como la "conversión" de Ignacio de Loyola. Su trayecto fue largo, en torno a los dos meses, hasta que llegó a Montserrat, el 21 de marzo de 1522. Desde allí bajó hacia Manresa, donde permaneció unos diez meses orando, meditando y recogiendo sus "rotundas reflexiones" en un escrito que dio lugar luego a los conocidos Ejercicios Espirituales. Basándose en ese experiencia vital que tuvo San Ignacio, la Compañía de Jesús ha vuelto la mirada a sus "orígenes" para, apoyándose "en la historia", lanzar este proyecto, que se fija como horizonte para su consolidación 2022, fecha en la que se conmemorará el 500 aniversario del peregrinaje original.

La ruta comienza en la casa natal de Ignacio de Loyola en Azpeitia y se desarrolla a lo largo de 27 etapas que atraviesan la CAV, La Rioja, Nafarroa, Aragón y Catalunya hasta la Cova de San Ignacio en Manresa. Son 650 kilómetros que visitan zonas con una gran carga de espiritualidad, como los santuarios de Loiola, Arantzazu y Montserrat, o simbolismo, como Navarrete, el lugar donde "Ignacio arregla las cuentas con el mundo", expuso Iriberri en alusión al momento en que el fundador de los jesuitas se despide de su protector, el duque de Nájera. No obstante, la ruta está todavía en su fase inicial de desarrollo.