"Con trabajo de hormiguita, hemos reunido a gente que buscaba otras cosas por la tarde"
En nueve meses, 'Ni más, ni menos' se ha consolidado en el difícil escenario de la sobremesa. Su presentador cree que han logrado "presentar a la gente algo que no tenía" entre las ofertas de esa hora. "En la siguiente fase el objetivo es afianzar lo que se ha hecho hasta ahora"
Bilbao. Con dos décadas de trabajo en EITB, Klaudio Landa es una de las referencias del ente público. Ha trabajado en tres de sus emisoras y ha hecho televisión en euskera y castellano. Sigue con el mismo entusiasmo con el que empezó.
La sobremesa de ETB-2 estaba muy complicada, pero se está arreglando...
Para nosotros desde luego está muy bien. Esa franja es difícil porque la competencia es muy reñida pero ahora estamos "un poco arreglados", que decían las señoras.
Esa audiencia que está captando 'Ni más, ni menos', ¿a quién cree que se la están quitando? ¿A las series asentadas, al fenómeno 'Sálvame' o a quienes no sabían qué ver a esas horas?
No soy un sabio de las audiencias, de hecho cada vez entiendo menos; pero creo que lo que ofrecemos es una alternativa, un hueco para mucha gente que no quiera ver un culebrón o una opción como Sálvame, todas respetables. Nosotros hemos encontrado un nicho de gente que busca otra cosa haciendo un trabajo de hormiguita desde que empezó el programa a fines de febrero. Un trabajo diario y humilde con el objetivo de captar a quienes querían actualidad, política, pluralidad, reportajes, debate...
¿A la 'hormiguita' le está yendo bien?
Desde el principio hemos tenido ilusión y sabíamos que esto no era llegar y dar el pelotazo, sino que iba a ser una carrera de fondo. Poco a poco, en esa labor de sumar uno a uno, se va consolidando la audiencia que hemos logrado. Parece que la gente ha respondido.
Recuperar espectadores cuesta más que perderlos...
Nosotros nos hemos marcado una línea. Veíamos que las otras cadenas ofrecían unos productos muy definidos y que tenían su público. Se ha apostado por ofrecer otra cosa y siguiendo ese camino, afinando cosas, hemos llegado hasta aquí. Siempre con el mismo objetivo: presentar a la gente algo que no tenía en la oferta de la tarde.
En los nueve meses que van de marzo a diciembre, ¿la 'criatura' ya está hecha?
Creo que sí, ha sido una gestación tranquila y la criatura está bien.
¿Los rasgos que tiene hoy son los definitivos?
El programa yo creo que está hecho, pero todavía podemos captar la atención de más gente. El objetivo de la siguiente fase es afianzar lo que se ha hecho hasta ahora. Ya hemos conseguido que una cantidad importante de gente opte por sintonizar ETB-2 todas las tardes, que se sientan cómodos. Se puede decir que la criatura ha cogido una forma y está bien de salud.
¿Usted también está cómodo?
Sí, sin duda. Aparte de cómodo estoy feliz.
¿No pesan mucho dos horas en directo de lunes a viernes?
A mí no. Yo disfruto con el directo. Es trabajo, pero lo hago a gusto. También me sirve para aprender porque todos los días nos estamos revalidando.
¿Ser el único presentador de un espacio requiere más concentración?
Bueno, cada formato tiene sus cosas. Hacer un tándem también exige su técnica. Además no me siento solo, tengo un equipo detrás, una dirección, un equipo de guionistas... y en el plató tampoco estoy solo, tengo colaboradores, están las secciones, la gente que participa...
¿Le gusta hacer programas en los que la audiencia puede llamar y hay público?
Me encanta, además en nuestro programa el público no es un elemento decorativo, sino que participa.
¿Los ingredientes de la receta están bien compensados?
Yo creo que sí. Mantener una estructura más o menos habitual hace que la gente lo vea con comodidad. No debemos dar bandazos ni cambiar el peso de los elementos día a día. Los que se sientan delante de la tele cada tarde están esperando encontrar las secciones y los colaboradores que ya conocen, pero también hay un esfuerzo por parte del equipo para encontrar nuevas caras, gente que puede aportar algo y que responda al objetivo que queremos, que es mostrar una mesa plural, con diferentes opiniones y que tengan la capacidad televisiva de empatizar con los que nos están viendo. Me parece interesante que el grupo de contertulios con el que contamos semana a semana se sienta parte de un programa que ha ido creciendo durante estos nueve meses. También está la actualidad, que es la que día a día nos marca los contenidos de esa gran primera parte y en general de todo el espacio. Juntar todas esas cosas -actualidad, secciones, temas de debate...- es muy atractivo profesionalmente y yo como espectador vería un programa como Ni más, ni menos.
En tantos años usted ha sido desde actor en 'Benta Berri' a locutor en Euskadi Gaztea; ha presentado concursos, programas de Nochevieja, estuvo en 'Sorginen Laratza', en programas de fiestas... y ahora presenta especiales como el dedicado la semana pasada a los desahucios. No es probable que el público le encasille...
(Se ríe) Eso es muy bueno para un presentador, lo que siempre he querido evitar. Yo soy así. Quizás ahora tengo la oportunidad de demostrar otros registros, lo he ido haciendo durante mi carrera en televisión y en radio.
¿En qué año empezó en la tele?
Soy fatal para las fechas, pero sí me acuerdo de que mi primer trabajo televisivo fue Arralde, un magazine de noche que surgió tras ver el arrollador comienzo de Goenkale.
'Goenkale' y usted tienen el don de la longevidad televisiva...
La longevidad y, en el caso de ellos -espero que en el mío también-, la buena salud televisiva. Siguen con una audiencia impresionante, me parece un fenómeno social y no quiero compararme. Me conformo con seguir haciendo programas.
Alguien que ha hecho tantas cosas, ¿quiere hacer alguna diferente?
(Se lo piensa). Un reality. Como presentador, no como participante, ¿eh?
Bueno, queda ahí como aviso a los jefes...
(Se ríe).
En las dos décadas que lleva en televisión ha habido muchos cambios. ¿El panorama es más atractivo?
Como profesional, veo que no son buenos tiempos, esta industria pasa momentos difíciles. Como espectador, veo que los objetivos de las cadenas se dirigen a buscar una rentabilidad inmediata. A mí siempre me ha gustado ver televisión, y además creo que estoy obligado porque trabajo en ella. Ha habido muchos cambios, pero yo consumo las mismas horas.
Hablando de rentabilidad, ¿cree que hay cadenas que se pasan?
Hay unos límites y si se traspasan hay unas consecuencias. Con La Noria ha quedado claro. Ha sido un ejemplo muy didáctico. Como trabajador del medio me parece un caso para reflexionar y que se puede extender a toda la sociedad.
¿Como espectador hay programas que le repelen?
Los que me aburren, pero no tengo fobia a ningún tipo de formatos.
No todos los que trabajan en televisión la ven. Algunos incluso se jactan de no hacerlo...
A mí me gusta y creo que ver la tele es parte de mi trabajo e incluso que verse uno mismo con mirada autocrítica es importante. Pero no solo verme yo, sino cómo ha quedado todo el programa. Es pedagógico, una herramienta para intentar mejorar. También es esencial ver qué hacen las demás cadenas.
¿Ha pensado abordar otras tareas televisivas como director, creador de formatos...?
¿Por qué no? Una de las cosas buenas de este trabajo es que te da opción a conocer el de otras personas del equipo, desde decoración a maquillaje pasando por guión. Como soy bastante curioso, siempre me he interesado por saber cómo se manejan las luces, me parece apasionante la realización... quizás lo más normal es que esté algún día implicado en la dirección de un programa, sí me gustaría. Ya he hecho pequeños pinitos.
Siempre que tiene oportunidad recuerda que empezó en la radio. ¿Aún tiene tentaciones de volver?
Esa tentación nunca se quita. Siempre me ha gustado y me gustará. Si alguien quiere hacer un programa, yo estaré encantado de participar.
¿Otro aviso a los jefes?
(Ja, ja, ja). Soy un gran consumidor de radio, no la he abandonado.
Ha estado en Radio Euskadi, Euskadi Irratia y Euskadi Gaztea, en ETB-1 y en ETB-2. ¡Le falta Radio Vitoria!
¡Pues yo encantado!