bilbao. Mónica Terribas, directora de las televisiones públicas de Catalunya (TVC), tiene claros sus objetivos: una televisión de calidad, compromiso de servicio público y de país. Sabe que las voces que piden la desaparición o privatización de las televisiones autonómicas crecen. Ella se revuelve ante estos planteamientos y cree que solo la fortaleza de todos los canales de Forta puede alejar ese fantasma. Habla de las presiones, de cómo administrarlas, de la importancia de rectificar errores en público y de cómo ve la televisión catalana: "Somos la televisión pública y nacional de Catalunya. Nacional porque somos una nación que tiene una lengua y una cultura, una industria y unas instituciones". Un discurso muy distinto al de EITB.

Corren malos tiempos para las televisiones de Forta.

Cuando hablamos de Forta en general, sí. Pero si hablo de la televisión pública y nacional de Catalunya, no. Siempre miro a nuestro entorno y está en una posición fuerte. Tenemos un 20% de share entre TV3 y los canales temáticos. TV3 tiene un interanual de 14,3%, dos puntos por encima de Telecinco. Somos líderes en Catalunya. ¿Son tiempos difíciles? Sí. Por una cuestión muy simple, estamos viviendo la reducción de los ingresos comerciales y de público.

Algunos directores generales del grupo Forta se quejan del daño que han hecho los canales de TDT.

Estamos muy contentos, nuestros canales temáticos acumulan un 6% de share cada día y es bastante. Nos ha servido para ordenar los contenidos, para tematizarlos, para que el espectador en Catalunya sepa dónde tiene que mandar a los niños para ver televisión en catalán, dónde puede encontrar el deporte minoritario… La digitalización ha permitido hacer el trabajo con menos dinero.

ETB es el canal de Forta que más audiencia ha perdido en los dos últimos años.

No me gusta hablar de otra televisión. ETB ha sufrido la fragmentación, eso ha pasado en otros canales. Por otro lado, hay que sumar también las circunstancias políticas que la rodean. No es un tema fácil. No quiero particularizar, pero creo que una televisión autonómica tiene que tener bien claro el sentido de territorialidad, ser servicio público y dar cobertura a su realidad social, a su gente. Es un aviso a navegantes.

Cada vez hay más voces políticas que hablan de cierre o privatización de las televisiones autonómicas.

María Dolores de Cospedal ha dicho que reduce un 20% el presupuesto de la televisión de Castilla La Mancha hasta que se pueda privatizar por ley si gobierna el PP. La perspectiva es mala si olvidas que es un servicio público. Si las televisiones no hacen esas funciones, es lógico que algunos políticos se planteen su futuro.

¿Qué funciones debe plantear?

Debe estar comprometida con su entorno, con su información, ser plural, cohesionadora, movilizando los activos culturales y empresariales del entorno donde trabaja. Debe ser portavoz de las iniciativas culturales minoritarias. Así es el trabajo de servicio público. Si solo te dedicas a emitir las películas que compras a bajo precio o a emitir los dos informativos de rigor y lo demás lo rellanas con cosas que compras, no estás haciendo servicio público. La clave es no olvidar a qué nos dedicamos.

¿Cuál es el proyecto de TVC?

Hacer una sociedad mejor con todo lo que implica. A eso se dedica. ¿Cuál es el objetivo de una televisión privada en estos momentos? Dar beneficios a los señores accionistas que ponen dinero. Son proyectos distintos. Si tienes un proyecto de servicio público que contribuye a construir una sociedad mejor, estás dando su razón de ser a esa televisión pública.

Usted habla de calidad. Sin embargo, se piensa que la televisión de calidad está enfocada a una minoría.

No es verdad. TV3 en estos momentos está programando documentales de producción propia: sobre el Alzheimer, sobre los niños secuestrados en el franquismo, ahora vamos a emitir uno sobre enfermos en psiquiátricos en primera persona… Estos documentales van enganchados al informativo y están teniendo una media de 500.000 espectadores. No es verdad que la calidad sea para minorías, se trata de que arriesgues y coloques esos programas estratégicamente. Si tú tienes un partido de Champions, lo tienes cada dos o tres semanas; los días que no lo tienes, colocas el documental ahí. La gente acostumbrada al fútbol ese día, se encontrará con un documental. Si lo anuncias y lo promocionas, tendrás audiencia.

La producción propia es muy cara.

Es cierto. Es que la calidad es cara, investigar es caro, dedicar dinero a hacer buen periodismo es caro. La gente cuando dice que la calidad es cara es porque las condiciones con las que trabajan los profesionales de los medios públicos están protegidas. Trabajan con tiempo y no les están diciendo que tienen que llenar tres páginas con un escándalo. Se les dice: Dedícate a este documental porque vamos a sacar una buena pieza sobre enfermedades mentales. El equipo que ha hecho este documental ha estado seis meses para hacer una pieza, que va a quedar para siempre. Es calidad, lo demás es comunicación exprés de share para poner anuncios y generar adictos a contenidos que no aportan nada socialmente.

Cuesta dinero, estamos en crisis y los políticos piden recortes, sobre todo en las televisiones.

Debería haber más discurso de los políticos sobre los contenidos que quieren ver y sobre la calidad que de los costes. Todo el día hablan de costes y nunca reivindican que las televisiones den contenidos de calidad.

Las televisiones públicas funcionan a favor del partido que gobierna. Esta es una aseveración que está muy extendida. Usted ha dirigido la televisión con el PSC y ahora con CIU. ¿Se notan las diferencias? ¿Ha tenido que cambiar su línea editorial?

Tienes que partir de la base de que no era el PSC el que gobernaba, era un tripartito donde el peso de ERC era fuerte. El PSC no era una fuerza muy mayoritaria en el Parlament. Ahora manda CIU con una mayoría suficiente, pero el resto de partidos también están presentes en la Comisión de Control. Quien nos controla es el parlamento, no es el gobierno.

¿No hay intentos de influir?

Claro. El intento de influir sobre una televisión pública es múltiple, es de todos los partidos: oposición o gobierno, de todos los sindicatos y de todas las fuerzas vivas del país.

¿Hacen falta muchos equilibrios?

Hace falta tener claro a qué nos dedicamos. Intentar rectificar cuando te equivocas. No somos infalibles, los periodistas nos equivocamos, hay errores, pero hay que ser capaz de asumir esos errores en público porque es lo que da la autoridad moral.

¿Recibe muchas llamadas?

No especialmente, esa es la voz permanente que está en los medios públicos. En los privados pasa igual y en los periódicos qué te voy a contar. Lo importante no es la presión, lo importante es cómo administras tú la presión. Si cedes o no cedes. Cuando la presión es injustificada e injustificable y no cedes, esa presión no va a volver porque saben que no va a servir de nada.

¿Sea quién sea?

Sea quien sea. Si tú rectificas y lo haces en público, blindas al medio frente a cualquier presión.

La crisis pone en cuestión el modelo de televisión pública, ¿seguirán las cadenas de Forta los pasos de TVE con la publicidad?

Hay que ser fuertes. TVE perdió la batalla porque los dos grandes grupos mediáticos ganaban menos dinero que hace cuatro años y convencieron al partido en el gobierno para que hicieran una ley que es un auténtico error desde el punto de vista de la salud de nuestro sistema público. Las televisiones autonómicas pueden seguir el mismo camino porque el PP ha dado señales de que va por ahí y los socialistas no pueden ir en contra porque lo han hecho ellos. Si el Parlament decide sacar la publicidad de nuestras televisiones, cometerá un error enorme. Lo importante es que las televisiones estén fuertes en los territorios, haciendo servicio público, comprometidas con su entorno, con su lengua, con su cultura, con su país y conscientes del país que tienen entre manos.

¿Cree que todas las televisiones autonómicas tienen igual fuerza?

Telemadrid y Canal Sur son un tipo de televisiones y TVG, ETB y Televisió de Catalunya son distintos. Ahí es donde tenemos que ver cuál es la fortaleza de servicio público pegado a su propia identidad. Eso es lo que evitará la tentación de eliminarlas porque serán imprescindibles.

Mantener las señas de identidad de país es uno de los puntos más que dudas genera.

Es imprescindible porque cada país tiene unas diferentes y muy determinadas. No tengo duda, somos la televisión pública y nacional de Catalunya. Nacional porque somos una nación que tiene una lengua y una cultura, una industria, unas instituciones…, a todo ello nos debemos.