Bilbao
KAthryn Bigelow mantiene el honor de ser la primera mujer en conseguir el Oscar principal por En tierra hostil, una película que descolocó a muchas feministas seguidoras del tipo de cine de Jane Campion. La directora de El Piano acarició la estatuilla en 1993, pero tenía a grandes nombres en su contra: Jim Sheridan (En el nombre del padre), James Ivory (Lo que queda del día); Robert Altman (Vidas cruzadas) o Steven Spielberg (La lista de Schindler). Este último le robó la preciada estatuilla a la que sigue siendo la gran directora del cine mundial. Jane Campion ha vuelto a reivindicar su prestigio con su última obra: Bright Star, una apasionada historia de amor entre un poeta romántico y su eterna prometida.
La directora neozelandesa tiene una especial sensibilidad para entrar en el corazón de la sociedad victoriana y arrebatarle sus pasiones desatadas. El protagonista (simbólico) no es otro que Keats, un poeta romántico que ha sido justamente valorado después de su prematura muerte. Sin embargo, una vez más la mirada de Campion se centra en el personaje femenino maravillosamente interpretado por la joven actriz Abbie Cornish, que sabe conjugar con maestría el fuerte carácter y la sumisión providencial que nace de su amor sin límites. Jane Campion ha llegado a decir que la historia de amor entre John Keats y Fanny fue más intensa que la de Romeo y Julieta.
En Bright Star, Campion reduce la órbita victoriana a la esfera privada y familiar y apenas se centra en el pulso de la alta sociedad británica, con sus bailes de salón y estrictos códigos morales. En este caso no hace falta visualizar o ahondar en las habladurías que suscita la relación amorosa entre los dos jóvenes no comprometidos. Jane Campion plantea esa anormalidad a través de los hermanos y amigos, auténticas carabinas que custodian y vigilan a los protagonistas para que no estén técnicamente solos.
Jane Campion es una autora de una sensibilidad especial. Rigurosa. Intuitiva. Sus heroínas sueñan con realizarse y satisfacer sus anhelos en una sociedad atolondrada y tiránica. En Bright Star, la protagonista tiene la complicidad de su madre y hermana pequeña, empeñadas en buscar el equilibrio y el orden en una relación pasional, introspectiva y tumultuosa.
El cine de Jane Campion, la gran dama del cine mundial, busca la belleza de los encuentros y el clamor de los sentimientos puros e intensos. Los dos enamorados se interrogan y se desean frente a la moral victoriana y la cultura sajona del éxito. El poeta sabe que el matrimonio no es posible en su estado económico y su amada sabe que amar es un derecho social privado a los que no están comprometidos. La escena en la que se miran vestidos en la cama, con un erotismo palpable pero vetado, es proverbial. Aun así, la dirección de Jane Campion es magistral, fruto de una planificación de las escenas que buscan la máxima fusión entre la belleza de las imágenes y la calidad literaria.
no tan emocionante En función del relato, Jane Campion construye escenas de una gran pulcritud o sencillez o todo lo contrario: cargadas y esteticistas. Aun así, pese a su probada fuerza visual y narrativa en Brigth Star no consigue emocionar intensamente o alterar los estados de ánimo del espectador.
El filme tiene el enorme mérito de bucear en la construcción social y cotidiana del amor y en reconocer la valía de la palabra y del ingenio para alimentar la soledad del alma. Jane Campion, con una filmografía no tan destacable, ha venido para quedarse y hacer del cine una fuerza viva que mueve sentimientos y sueños románticos.