Plagiando a la petarda Paris Hilton, convertida estos días en la sacerdotisa de las bacanales más canallas del verano, los vascos quieren viajar a Ibiza, ciudad sin ley donde sólo impera la ordenanza del despiporre. Porque el universo del sexo para los vascos está en esa isla. Ni Cuba o Tailandia para los hombres, ni República Dominicana o Bali para mujeres. Desterrada la leyenda urbana y completamente inmersos en los placeres mundanos, los vascos han encontrado mucho más cerca una moderna Naciones Unidas del amor, una torre de Babel del deseo y un nuevo paraíso para pillar. Ibiza (65,8%) y Mallorca (40%) son las islas donde los vascos creen que hay más posibilidades de practicar sexo en verano, según un estudio realizado por Control a 120 jóvenes de toda Euskadi, de entre 18 y 25 años.

La reputación de Ibiza en materia de vida noctámbula habla por sí sola. El carácter tolerante de la isla se hizo muy atractivo para el turismo gay europeo en los setenta. Ahora hasta allí llegan celebrities de todo el mundo que no quieren perderse las juergas que se organizan en las discotecas más famosas de Europa. Muchos jóvenes reservan vuelos para pasarse un fin de semana sin salir de alguna de sus emblemáticas instituciones: las discotecas Pachá, Amnesia y Privilege (que tiene un aforo de diez mil personas). Techno para turistas alterados por el sol y los estados de inconsciencia inducidos por demasiado alcohol.

La aceptación de la madre de todas las fiestas es tal que EasyJet echó a volar el pasado 19 de junio el conocido como billete golfo, un vuelo Bilbao-Ibiza para que los postadolescentes disfruten de 24 horas de marcha low cost, viviendo un fin de semana en el edén a precio de party para mochileros.

La tórrida encuesta de la firma de preservativos Control pone en evidencia que sin el Caribe, también hay paraíso. Ajenos a ese exceso de líbido que se atribuye a tierras caribeñas, los datos reflejan que los vascos prefieren las islas del Mediterráneo para hacer turismo sexual. Pero para el desenfreno y la lujuria también sirven Tenerife, Gran Canaria o Cádiz. Sobre todo, a ser posible, en complejos hoteleros enormes de playas kilométricas, pubs con after house y un todo incluido que implique beberse hasta el agua de los jarrones.

mitos sexuales Paradójicamente, el estudio también arrasa con otro de los mitos sexuales por excelencia. La mayoría de los vascos confiesa que en verano practica tanto sexo como durante el resto del año, aunque un 23,3% de los encuestados sí señala que deja más alto el pabellón durante el estío, especialmente hombres de 18 a 21 años.

Cualquier variante sirve. Sexo salvaje, sexo tántrico o sexo espiritual. Un 63% de los vascos reconoce haber mantenido relaciones con alguien que ha conocido durante sus vacaciones. El 27% señala haberlo hecho con dos a cinco personas y un 9% con más de cinco. En materia de promiscuidad y a diferencia del resto de España, son las chicas (29%), frente a los chicos (23,5%), las que afirman haber mantenido relaciones con un mayor número de personas. En cuanto a los que confiesan no haber tenido nunca sexo en estas fechas de asueto, el porcentaje es más significativo entre ellas que entre ellos.

Otro de los datos relevantes del informe es el lugar elegido para desmelenarse. Porque a más de un tercio de los encuestados les pone la arena de la playa, en un megamix donde se mezclan el deseo, la espontaneidad del momento y el morbo. La leyenda que, sin embargo, no decae es la del latin lover porque, preguntados por las nacionalidades de los partenaires con los que resulta más sencillo practicar sexo, citan a los españoles (47,5%), seguidos de los italianos (32,5%), latinos (29,2%) e ingleses (25,8%). Finalmente, la encuesta corrobora el calentamiento conjunto de líbido y termómetro, y sentencia el célebre slogan de que para hacer bien el amor... hay que ir a las islas.