bilbao. Comienza la entrevista en una terraza, una de tantas al aire libre. En principio está permitido fumar y Carlos Cortijo, presidente de la asociación vasco-navarra de prevención del tabaquismo, asume que se trata de una convención social que acepta, convencido de que ni un solo fumador cree que el humo que inhala es inocuo para su salud.

¿Vaticina una guerra civil entre los fumadores y los limpios de pulmón?

No, no lo creo. Es una cuestión de sentido común. Cualquier fumador sabe que la industria tabaquera le ha engañado.

Vayamos al meollo: ¿por qué entonces se le trata al fumador como un agresor cuando es una víctima?

Porque es cierto que se produce una agresión a la persona que no fuma. Es una cuestión de educación y respeto. Si algo que hago yo va a dañar a otro, hasta qué punto tengo derecho ha hacerlo.

Hay quien defiende el valor social del tabaco, la arraigada costumbre de fumar...

¿Usted está a favor de la ablación? Lo digo porque, en determinadas culturas, ésa también es una costumbre.

¡Hombre de Dios, no compare!

No lo hago. Le invito a que vea una realidad. No somos conscientes de que el ejemplo también daña. ¿Cómo va a ser malo si mi padre o mi madre fuman?, se preguntan algunos hijos.

¿Vamos camino de la prohibición?

Con la cantidad de fumadores que hay en la población no tiene sentido plantearse la ilegalización. Sólo favorecería al mercado negro.

¡Apostemos entonces por la prevención!

Eso es lo que hacen los países civilizados.

¡Y dejamos de acosar al enfermo fumador!

¿Dónde, dónde se les persigue? Ahora mismo uno puede fumar donde quiera. De lo que se trata es de que se cumpla la ley donde está prohibido fumar.

Y que se rompa la legendaria pareja del café y el cigarrito...

¿Y la salud de los trabajadores? Algunos bares son auténticas narcosalas donde el fumador acude para consumir su droga y se mira hacia otra parte.

Sin tabaco se arruinan...

Otra leyenda urbana. La experiencia de los bares que lo han prohibido no dice nada de eso. Es más, ganan como clientes a familias con niños que antes no entraban.

¿Cómo plantar cara a la industria tabaquera?

Son unos estafadores. Saben que si hay 24.000 personas al año que dejan de fumar tiene que captar 25.000 fumadores nuevos. Es un círculo vicioso del dinero. Son conscientes de lo que hacen y de que mienten.

Se enriquecen las tabacaleras, pero también florece el mercado de las promesas...

No entiendo.

Hay quien garantiza que dejas de fumar en un día...

Aquella publicidad que asegure eso es un sacacuartos. No es posible corregir una adicción tan rápido.

Se venden parches y chicles, se hipnotiza...

Tienen una evidencia científica contrastada. La ciencia tiene que ser tan rigurosa a la hora de explicar lo nocivo del tabaco como la seguridad de los tratamientos.

¿Usted ha fumado alguna vez?

Soy ex fumador. Yo también fui engañado.

¿Por qué se empieza?

Muchas veces por imitación, o por ser un primus inter pares, el líder de la cuadrilla.

¿Hay extremistas en la defensa del espacio sin humo?

En las dos partes. Y con los talibanes no vamos a ningún sitio.