"Grace Kelly: icono de estilo"
Una exposición de sus vestidos más espectaculares se inaugura hoy en Londres
Londres
EL estilo clásico y elegante de Grace Kelly sigue marcando tendencia y por eso el londinense Victoria&Albert Museum ofrece una selección de los vestidos más espectaculares que llevó como estrella de Hollywood y después como princesa de Mónaco. La exposición Grace Kelly: icono de estilo, que se inaugura hoy y estará abierta hasta el 26 de septiembre, muestra diseños de algunos de los modistos predilectos de la princesa como Christian Dior, Balenciaga, Givenchy o Yves St. Laurent, todas ellas firmas embajadoras del estilo chic parisino y de la Costa Azul. Sin embargo, la exposición arranca con tres elegantes vestidos diseñados por Helen Rose, modista de la MGM, para el personaje que Grace Kelly interpretó en la película Alta Sociedad (1956), la última en la que participó antes de casarse con el príncipe Rainiero de Mónaco. Su amistad fue más allá de lo profesional y la modista fue la elegida por Grace Kelly para diseñar el vestido de novia que lució el 19 de abril de 1956 en Mónaco. Rose fue también la responsable del vestido beige que la actriz lució en El Cisne (1955), en la que interpretaba a una princesa forzada a casarse con alguien de sangre azul. Una imagen de la actriz con ese vestido fue la elegida por la revista Point de vue para la portada en la que anunció su compromiso.
Tampoco podía faltar el vestido negro de gasa que Grace Kelly lució en La Ventana Indiscreta de Alfred Hitchcock, firmado por la modista de la Paramount Edith Head, quien también creó el vestido de satén color verde perla con el que recogió su único Oscar en 1954 por La angustia de vivir, con sólo 25 años. En su corta carrera como actriz en los años 50, que no pasó de las quince películas, Grace Kelly se convirtió en la mejor embajadora del estilo clásico estadounidense del que luego Jacqueline Kennedy sería el máximo exponente en los años 60.
En la sección dedicada a su papel como miembro de la realeza destaca el vestido de seda con adornos dorados, de manga larga y entallado en la cintura, de la firma neoyorquina Branell, que llevó el día del anuncio de su compromiso con Rainiero, y que luego la firma bautizó como el nombre Atrapa al príncipe. También se enseña al público la tiara y el conjunto de joyas de la casa Van Cleef and Arples, la favorita de Grace Kelly, que Rainiero encargó en su tienda de la Quinta Avenida de Nueva York para pedirle matrimonio. Varios vestidos que llevó en actos oficiales merecen especial atención. El primero: el traje de Givenchy, de lana verde esmeralda, que lució en una visita oficial a la Casa Blanca en 1961. Espectacular es también el vestido morado de Yves Saint Laurent que la princesa llevó en una gala en el Royal Opera House de Londres, en el que coincidió con la futura princesa Diana, cuando estaba prometida con el príncipe Carlos.
Los complementos fueron los mejores aliados de la princesa para culminar el estilo lady que la caracterizó, por lo que la muestra no olvida la debilidad que sentía por las grandes gafas de sol, los sombreros y los guantes blancos. Pero si hay un complemento que no podía faltar es el mítico bolso de Hermès que lleva su nombre, el kelly, que la princesa puso de moda en los años 50 y 60 tras ser fotografiada en varias ocasiones con él. Aunque llevaba en el mercado desde los años 30, fue entonces cuando se convirtió en uno de los iconos de la casa -junto al bolso birkin, dedicado a la actriz francesa Jane Birkin- y su precio y la lista de espera para hacerse con él no han parado de crecer. Pese a su temprana muerte, en 1982, en un accidente de coche -en la misma carretera de Mónaco en la que ella y Cary Grant hacen un picnic en Atrapa a un ladrón-, el estilo de Grace Kelly sigue vivo y todavía aparece como referente en las revistas de moda.