El rocambolesco caso de Paulette
Una niña mexicana de 4 años desaparecida durante nueve días es hallada muerta ensu habitación, bajo la misma cama en que su madre ofreció varias ruedas de prensa
El último culebrón en México tiene un rostro dramático y como protagonista a Paulette Gebara Farah, una niña de cuatro años conocida ahora como la Maddie mexicana. La tragedia de la desaparición de la menor la noche del 21 y el 22 de marzo conmocionó a un país entero, que vivió durante más de una semana sin noticias de la niña. Las redes sociales en internet se movilizaron como nunca antes y la noticia ocupó los titulares de todos los medios de comunicación. Ahora que se conoce el trágico final de Paulette, hallada muerta, la polémica no ha hecho más que comenzar. Y México es testigo de un nuevo capítulo, cada día más rocambolesco, de este dramático culebrón.
Éste tiene todos los ingredientes: la protagonista, el personaje que ha despertado la simpatía y ternura de los mexicanos, es Paulette, una niña de cuatro años con discapacidad motril y verbal debido a su prematuro nacimiento a las cinco semanas de gestación; la tragedia, su muerte en circunstacias extrañas debajo de su cama. Falta el malo de la serie, que aún no se sabe con certeza quién es, aunque candiatos no faltan. El principal, su propia madre, en el punto de mira de las autoridades como la sospechosa número uno de la muerte de Paulette.
No pueden faltar tampoco los personajes secundarios, imprescindibles en esta trama como en cualquiera: el fiscal general del Estado de México (donde se desarrolla la tragedia), que no ha hecho más que demostrar su torpeza en esta investigación y blanco ahora de todas las críticas; las dos niñeras, y el padre de la menor, protagonista del circo mediático en el que se ha convertido su matrimonio, una trama de infidelidades, desconfianza y reproches.
Los hechos El día de su desaparición, Paulette, con discapacidad motril y verbal debido a su prematuro nacimiento a las cinco semanas de gestación, se acostó, como cada noche, en su cama. No se supo nada más de ella. Hasta nueve días después, cuando, para sorpresa de todos, el cadáver de Paulette apareció en la misma habitación donde se había acostado aquella noche. La niña murió por asfixia. Ni las autoridades que investigaban el caso y que habían registrado el lugar, ni la madre que dio varias ruedas de prensa en el lugar, sentada sobre la cama donde estaba el cadáver de su hija, ni las niñeras que habían limpiado la habitación apreciaron la presencia del cuerpo. Un hecho que no deja de sorprender y levantar sospechas.
Nada está claro en este caso, y cadadía que pasa se enreda más. Inclusola autopsia, que podía haber dadoclaridad a la trama, pone en duda latesis del homicidio, línea que haseguido desde el principio el fiscalAlberto Bazbaz. La autopsia hadeterminado que Paulette muriópor “asfixia mecánica por sofocaciónen su modalidad de obstrucciónde orificios de respiración ycompresión torácica por posición,lo que se clasifica de mortal”. Sinviolencia física o sexual. Sin embargo,no aclara otro punto importante:el día de la muerte de Paulette,que sitúa entre cinco y nueve díasdespués a su desaparición.
El caso mantiene expectante a todoel país, indignado por la actuaciónde las autoridades, aunque acostumbradoa no ver esclarecidos lamayoría de estos casos. Lo insólitoes que esta tragedia y, sobre todo, latorpeza del fiscal, podría salpicar alfavorito para ganar las elecciones en2012, el gobernador del Estado deMéxico, Enrique Peña Nieto.