SE prepara una exposición sobre la obra escultórica de Chillida en el Guggenheim, pero no todo son buenas noticias. El museo ha recibido un anónimo en el que se advierte de que una de las piezas será robada. Para prevenirlo, la galería ha contratado a un detective con unas características muy concretas. Es joven y discreto, por lo que pasa desapercibido entre el alboroto que se ha organizado en torno a la noticia. Su nombre es Gabri y ha llegado desde Madrid en compañía de su hermano menor Lucas, de diez años de edad y todo un especialista en lo que respecta a la tecnología. Ambos ya están trabajando para evitar el delito.

No es una broma ni una noticia falsa. Se trata de la trama propuesta por Luisa Villar Liébana en su última novela: El enigma Guggenheim (Edebé). La escritora de Jaén es una apasionada del arte: ha sido coordinadora del programa de subvenciones a proyectos culturales en universidades y técnico de cultura en ayuntamientos, y es ésa la afición que quiere transmitir a los más jóvenes a través de sus relatos. "Procuro hacer historias interesantes, y creo que el Guggenheim va a resultar entretenido para los niños, entre otras cosas por el tema que toca, ya que descubre la obra de Chillida y al propio artista humanamente", asegura Villar. Por supuesto, la novela comienza de una forma muy intrigante y, ¿qué mejor escenario que el museo bilbaino para una trama como ésa? "Bilbao me inspira desde siempre. Es una ciudad de novela negra aunque ahora puede resultar más dulce porque ha cambiado mucho". La autora no ha escogido la obra de Chillida por casualidad. "Su trabajo me parece alucinante, es un artista al que he ido descubriendo a lo largo de los años". Con el objetivo de ambientar lo mejor posible esta aventura en Bilbao, preparó cada detalle para obtener un buen resultado.

Estudió la biografía y la obra del escultor y, dado sus numerosos viajes a la capital vizcaina, cree que no se le ha dado mal describir sus calles y rincones. "Hacer una novela en esta ciudad es un reto para una andaluza que vive en Madrid, porque no es un sitio que conozca a la perfección y es bilingüe, pero he visto cada lugar reflejado". Asegura que no le han llamado del museo, pero sabe que su libro se está vendiendo allí, lo que le ha dejado muy satisfecha. Por otro lado, experiencia contando historias no le falta. Ha escrito más de cuarenta libros, todos ellos relacionados con el misterio y dedicados a los más jóvenes. "Hace veinte años estábamos en un agujero negro. Ahora, con el esfuerzo de las editoriales y de los profesores, estamos disfrutando de una situación positiva". "Empecé narrando historias de misterios hace veinte años, cuando no estaban de moda ni bien vistos en los sectores pedagógicos. Se creía que la literatura policiaca no era buena para educar a los niños, por lo que se optaba más por obras de valores didácticos, de convivencia y de respeto. Pero un escritor puede transmitir los valores que quiera en cualquier novela", explica. Y tolerancia es, precisamente, lo que ella difunde por medio del personaje llamado Lucas, minusválido pero con las mismas ganas de investigar que su hermano mayor. "Para mí Lucas es muy importante. Yo veo niños así cuando voy a los centros escolares. Ellos son igual que los otros. Es cierto que lo tienen más complicado, pero su proceso de formación es idéntico que el de los demás, con una necesidad de amor y de ser queridos". La novela se enmarca dentro de un ciclo titulado M de misterio, que continuará con más casos relacionados con el mundo del arte.

En la próxima entrega, ya editada, un nuevo asunto traerá de cabeza a los más pequeños con, precisamente, una mollera como protagonista: la del pintor Francisco de Goya, la cual desapareció cuando el artista fue enterrado en Bordeaux. Pero aquí no acaban las preocupaciones de los lectores, puesto que la autora baraja otros personajes para el tercer libro. Parece que no van a faltar misterios que resolver junto con Gabri y Lucas, quizás los nuevos Sherlock Holmes y John H. Watson, aunque habrá que comprobar si logran salvar la escultura de Chillida. Seguiremos informando.