TELECINCO fue la televisión que cumplió las expectativas de muchos espectadores con la llegada de las privadas. El destape llegó de la mano de Las Mamachicho y durante muchos años respondió al eslogan de cadena amiga. Fue quemando etapas y se convirtió en un referente en distintas comunidades autónomas. A día de hoy, mantiene el liderazgo en diez, entre ellas, Euskadi, donde es en estos momentos líder indiscutible. Este veinte aniversario lo celebra comprando Cuatro y consolidándose como el grupo privado más fuerte del Estado. Sin embargo, su historia es muy larga y densa.

Este recorrido de veinte años empezó un 3 de marzo de 1990 y lleva al espectador por diferentes paisajes televisivos. Telecinco fue quemando etapas y dio a su público programas que han se han convertido en historia catódica. Tras Las Mamachicho llegaron otros espacios, algunos de ellos, considerados como telebasura.

Pepe Navarro se mojó en el Mississippi y navegó en aguas procelosas durante muchas noches. Tuvo denuncias, escándalos y una salida muy poco airosa de la cadena que más fama le había dado hasta entonces. Le sucedió Javier Sardá. Si Navarro había sacado un sobresaliente en su tarea de escandalizar, el comunicador catalán consiguió una matrícula de honor en este capítulo, pero también consiguió para Telecinco audiencias imposibles hoy por hoy.

A estos dos programa podemos sumar toda una colección de programas del corazón donde se hicieron famosos personajes de todo tipo. Aquí hay tomate enfocó con habilidad la crónica rosa y puso los pelos de punta a los famosos de toda la vida ante la delicia de los espectadores que disfrutaban cambiando la siesta por lo que los críticos televisivos llamaban, sin ningún tapujo, tele basura. Salsa rosa también fue polémico. Cantantes en paro, anónimos con ansias de inventar o actores sin escenario se reinventaron a golpe de talonario.

En medio de todos estos espacios polémicos, la cadena también ha prestado atención a la ficción. Se pueden nombrar muchas, pero hay una que parece imborrable: Médico de familia. Emilio Aragón puso su granito de arena para conseguir que la familia al completo pudiera disfrutar de lo que él llamaba un producto blanco. Cuando acababa, entraban Pepe Navarro o Sardá.

Pero el pelotazo lo pegó la cadena en abril de 2000. Llegó el ojo que todo lo ve, Gran Hermano, una apuesta que alguno creyó que era flor de un día, pero que sigue vigente aún y que tiene muchos boletos para continuar en el futuro.

El resumen de estos veinte años son miles y miles de horas de programación. Telecinco ha estado, está, en el ojo del huracán, aunque nadie confiesa ser adicto a su parrilla, las cifras lo desmienten. En el tintero quedan Al salir de clase, Vip Noche, Periodistas, Hospital central, Su media naranja... Pero en la memoria de todos, Las Mamachicho.