Bilbao

los focos alumbran un costado de la estación de metro de San Mamés donde un gran panel capta en un parpadeo la brillantez de un pequeño genio. Marca la diferencia reza el eslogan en una de las esquinas del mural. Él, sin duda, la marca en el Athletic. Las cámaras agolpadas, los micrófonos enredados, los periodista apretujados y los aficionados curiosos aguardan la llegada de una estrella que, sin embargo, asiste camuflado entre la multitud en uno de los trenes. "No me considero un jugador famoso, sólo conocido". Accede a su recoveco nada más pasar por las canceladoras escoltado por sus padres: "Ellos me apoyan día a día". Son más de las 16.00 horas en la parada que los domingos sirve de garganta para llegar al corazón del Athletic, a La Catedral. Silencio, se rueda. Habla Iker Muniain.

La joven perla rojiblanca sujeta el micrófono sin destreza mientras el speaker anuncia el acto. Es la presentación de las zapatillas Nike que llevan su nombre, el del incipiente crack que con 17 años ya tiene un negocio con su firma, el niño que ya sabe lo que es sumergirse en los escaparates de la publicidad. No tiene práctica el cachorro del primer equipo, pero se desenvuelve bien ante los flashes y la muchedumbre. Rescata una pizca de ese descaro que tiene en el campo para enfrentarse al micrófono y empezar a promocionar su producto, las Total 90 Laser III, las zapatillas con nombre de videojuego confeccionadas con colores verde y rojo chillón apagados por el negro que también se deja ver. "Van de maravilla, se caracterizan por la precisión, que es lo que deseamos todos los jugadores", arrancó el navarro. Sentado frente a su fotografía, en una silla en contrapicado, Muniain, sonrisa traviesa, defendió su calzado: "La bota tiene unos pinchos en el interior que ayudan a golpear el balón, llevo un mes y medio usándolas y me siento muy cómodo, no me puedo quejar. He dado alguna que otra asistencia y a ver si puedo meter algún gol con ellas".

Fueron las palabras de la estrella que emerge en el Athletic y ahora también en el campo del marketing. Esa que está cubierta por un velo protector, que está mimado por el departamento de comunicación del club bilbaino y que permanece mudo en el tú a tú con los periodistas, aunque de forma esporádica, con cuentagotas, Muniain sí atiende a los medios en ruedas de prensa. Ayer en la presentación de sus botas se pudo escuchar la voz del canterano aludiendo a distintos temas, más allá del corsé del acto promocional. El emisor de las preguntas llegaba desde internet, desde sus aficionados que plasmaron preguntas en la red. Emocionados, hasta enfervorecidos, los seguidores del delantero de Iruñea le cuestionaron sobre su presencia en el Mundial. "Me encantaría, pero todavía lo veo lejos. Hay que intentarlo. Yo creo que hay que ponerse metas y objetivos y trabajar para cumplirlos. Hay que pelear por lo que sea". Es el nervio de la juventud, es la ambición del que destila clase. Pero es precavido Bart -como le llaman en el vestuario rojiblanco- y habla de que "por el momento, me centro en ir cogiendo experiencia poco a poco, irme soltando y mostrar todas mis cualidades".

"me encanta iniesta" Precisión es la palabra extraída para definir las zapatillas de Muniain. Precisión es la cualidad con la que el atacante del Athletic califica al culé Andrés Iniesta. "Para mí es el jugador más preciso con esa forma que tiene de tocar y mover el balón de un lado para otro. Me encanta cómo juega y también por su forma de ser. Llevo mucho tiempo fijándome en él", confesó el de La Txantrea. Es el barcelonista, como afirmó Jorge Valdano, el jugador al que te puedes imaginar pasando el aspirador, ajeno a la soberbia de la galaxia futbolística y alejado de los laberintos de la fama. Muniain, de momento, tampoco se desenfoca con la luz que puede cegar: "Lo llevo con tranquilidad, mis padres y la gente que me rodea me ayuda a mantener los pies en el suelo". Un chaval orgulloso de la excepcionalidad del Athletic: "La cantera de Lezama es importantísima para este club. La filosofía que tiene es el principal aliciente para los jugadores porque van a tener oportunidades, aunque no es fácil llegar al primer equipo". Lo dice el niño con zapatos nuevos.