Investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas y del CIBERONC han descubierto que la combinación de quimioterapia con un inhibidor del oncogen BRAF es efectiva para tratar el melanoma metastásico, la principal causa de mortalidad por cáncer de piel.

El estudio, que publica la revista 'Oncogene', abre la puerta a ofrecer un nuevo abordaje a los pacientes afectados por este tipo de tumor, que no tiene un tratamiento curativo en los estadios más avanzados ni en los de recaída.

La investigación, en la que han colaborado también el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y el Instituto Catalán de Oncología (ICO), ha analizado el efecto de la combinación de los dos tipos de tratamiento sobre el melanoma maligno.

En estudios anteriores, los mismos investigadores ya habían demostrado la utilidad de bloquear la expresión del oncogén BRAF para reducir la capacidad de reparación de las células de cáncer de colon y recto tras recibir tratamiento quimioterápico.

Ahora han analizado los dos tratamientos por separado y de forma conjunta en ratones y en células tumorales in vitro y han visto que la combinación de los dos abordajes tiene un efecto superior en todos los ensayos después de una semana de tratamiento y que sus beneficios se mantienen en el tiempo.

"Hemos demostrado el potencial terapéutico de la combinación de los dos tratamientos ante las células cancerosas y que no solo puede prevenir la aparición de resistencias, sino que ofrece una nueva perspectiva terapéutica para pacientes con mutaciones que afectan al oncogen BRAF", según Lluís Espinosa, investigador del IMIM-Hospital del Mar y del CIBERONC.

El estudio también apunta que bajas dosis de quimioterapia, evitando su toxicidad, combinadas con el tratamiento habitual con inhibidores de BRAF, pueden tener un gran efecto sobre la progresión del melanoma metastásico.

Además, debido a que el tratamiento combinado elimina las células tumorales en lugar de detener su crecimiento, también se evitarían tratamientos largos y la posible aparición de resistencias.

Los investigadores creen que este abordaje podría ser aplicado también a otros tipos de cáncer, como algunos subtipos raros de melanoma que actualmente no tienen tratamiento porque no presentan mutaciones en el oncogén BRAF.

En este caso "el mecanismo es simple, al combinar bajas dosis de quimioterapia, de muy baja toxicidad, con inhibidores de BRAF, dañamos, por un lado, el ADN de la célula con la quimioterapia, y por otro impedimos a la célula repararse gracias a inhibidores de BRAF. Esto no solo potenciaría el efecto de cada uno de los tratamientos, sino que podría hacer efecto irreversible", según Fernando Gallardo, jefe de sección del Servicio de Dermatología del Hospital del Mar.

Uno de los principales problemas para tratar con inhibidores de BRAF, el tratamiento de referencia en esta enfermedad, es que las células cancerosas vuelven a proliferar al hacerse resistentes, ya que el inhibidor solo las detiene, no las elimina.

Según los investigadores, la posibilidad de usar esta combinación con quimioterapia podría eliminar el problema de algunas resistencias y de la recaída en la enfermedad.