La mayoría de los conductores es consciente de que los radares no saltan exactamente a la velocidad máxima permitida en el tramo concreto en el que están colocados.
Ahora, la Guardia Civil ha desvelado cuáles son los márgenes de error con los que trabajan estos dispositivos ideados para intentar que los conductores reduzcan su velocidad en tramos más o menos peligrosos y/o concurridos pero que en muchos casos parecen tener un objetivo más recaudatorio que de mejora de la seguridad vial.
Según la información publicada por el citado instituto armado, cuando el límite de velocidad es inferior a 100 kilómetros por hora, el radar salta a 7 kilómetros por hora más de lo permitido. Es decir, si se trata de un tramo limitado a 60 kilómetros por hora, el radar saltará a 67; si es de 30 kilómetros por hora, saltaría a 37; y así sucesivamente.
Cuando la velocidad máxima permitida es superior a 100 kilómetros por hora, se añadirá un 7% a la cifra máxima permitida. Este margen sólo es aplicable a las limitaciones de la gran mayoría de las autopistas y autovías de España cuya velocidad máxima suele estar marcada en los 120 kilómetros por hora. En esos tramos, el radar saltará a 128 kilómetros por hora.
Varias publicaciones especializadas del mundo del motor señalan por su parte que en realidad esta "regla del 7" solo se ajusta (o debería ser así) en la realidad a los radares móviles acoplados a los coches de la Guardia Civil en movimiento. En los radares fijos, radares móviles estáticos y radares Pegasus (en helicópteros) se aplicaría el porcentaje del 5% y en los radares de tramo descendería al 3%.
El umbral de tolerancia de los radares fijos y móviles es de 7 km/h en límites inferiores a 100 km/h y del 7% en superiores. Este umbral cubre el margen de error de radares y velocímetros. #CampañaControl #Velocidad 16-22 abril. #LevantaElPieDelAcelerador por tu seguridad. pic.twitter.com/lJL4SEslzY
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) April 20, 2018
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