la tercera va la vencida. Tras dos exitosas generaciones, el Peugeot 308 da un salto de calidad para ascender a la categoría máxima. Lo consigue recurriendo a un elocuente discurso estético que acompaña de las últimas sofisticaciones tecnológicas. Entre ellas figuran las dos variantes híbridas enchufables que completan un elenco motriz con bloques diésel y gasolina. Así, la siguiente remesa del compacto francés se pone a la altura de los productos premium de su talla. Falta poco para descubrir cuánto va a afectar a la tarifa ese progreso generalizado: el 308 se podrá adquirir desde final de este mes, aunque las primeras entregas se harán esperar hasta octubre (el formato familiar SW llega en enero).

El coche que viene se puede considerar un producto nuevo, por más que se alce sobre la misma plataforma y que aproveche abundantes componentes del 308 aún vigente. El nuevo diseño mantiene una evidente coherencia con el del antepasado a punto de jubilación, si bien marca nítidas diferencias de tamaño y de estilo.

El moderno 308 comulga con la propensión a las líneas esbeltas que impera en el mundo del automóvil. Como consecuencia, transforma su figura estirando, ensanchando y rebajando la carrocería. Esta entrega ocupa 4,36 metros de largo, 1,85 de ancho y 1,44 de alto; es, por tanto, 11 cm más larga, 5 más ancha y 2 más baja. El incremento en 5,5 cm de la separación de los ejes (presenta 2,675 metros de batalla) persigue fomentar la habitabilidad de la cabina, homologada para cinco adultos y recomendada para cuatro. El volumen del portaequipaje también aumenta hasta 412 litros; las variantes híbridas, obligadas a alojar la batería, se conforman con 361.

El continuador de la saga se reconoce sobre todo por su semblante, dominado por una parrilla surcada por líneas horizontales que generan un efecto tridimensional. Preside ese frontal un aparatoso escudo con el león de apariencia retro protagonista del novedoso logotipo de Peugeot. La generación debutante también se diferencia por colocar el parabrisas delantero (ahora calefactable) en una posición ligeramente más acostada y retrasada. Como en los recientes modelos de la casa, la firma lumínica, con proyectores de rasgos achinados y led diurnos en los flancos a modo de largos colmillos, se convierte en seña de identidad.

Otro factor distintivo es el diseño interior, en concreto el del puesto de conducción, uno de los mayores logros de la marca. Peugeot da una vuelta de rosca más al concepto del ‘i-Cockpit’ y dota al 308 de un cuadro de mandos propio de modelos de gama alta. Lleva un panel de instrumentación digital tras el volante, así como una generosa pantalla táctil multimedia en mitad del salpicadero; bajo ella puede incorporar una cenefa con mandos digitalizados que activan diversas funciones (navegador, climatización, teléfono, etc.). El freno de estacionamiento es siempre eléctrico. Las versiones con transmisión automática prescinden de palanca convencional, sustituida por una tecla que se desplaza para seleccionar las distintas posiciones (P, R, D, N y M). Las versionas híbridas añaden un selector de modos de conducción (Electric, Hybrid, Eco, Normal y Sport).

El reparto motriz asignado al próximo 308 amplía la oferta del saliente. Agrega a las tres versiones térmicas conocidas, las Pure Tech con motor gasolina de tres cilindros (110 y 130 CV) y la BlueHDi (130 CV), dos alternativas con impulsión mixta recargables. Ambas variantes Hybrid ponen a cooperar un bloque de gasolina, con 150 CV en un caso y con 180 en otro, y uno eléctrico de 81 kW (109 CV) acoplado a la caja e-EAT8. Esta colabora en la transmisión a las ruedas delanteras del rendimiento conjunto, 180 o 225 CV.

Este sistema híbrido hace posible recorrer hasta 60 km en modo exclusivamente eléctrico, con nulas emisiones. La batería de 12,4 kWh que lo alimenta puede reabastecerse a través de dos cargadores monofase. Con el de 3,7 kW suministrado de serie la operación requiere cuatro o siete horas, dependiendo del tipo de instalación a la que se conecte; el opcional de 7,4 kW llega a reducir la espera a casi dos horas. Peugeot garantiza el 70% de efectividad de la batería durante los primeros ocho años, o hasta alcanzar los 160.000 km.