NA ley no escrita, que acatan todos los fabricantes, fija en cinco o seis años la esperanza de vida de cada generación de un coche. Esa misma doctrina consensuada establece la costumbre de revisar la imagen y los contenidos del modelo en cuestión a mitad de esa existencia. Así que, transcurridos tres años desde su estreno, al Kona le tocaba ya reconsiderar su propuesta. El SUV compacto de Hyundai protagoniza una cuidadosa puesta al corriente, encaminada a preservar la frescura y a mantener su plena vigencia tecnológica. El Kona pasa la reválida con buena nota y se consolida como uno de los candidatos mejor valorados de la categoría.

La evolución estética comporta, como suele ser habitual en estas circunstancias, infinidad de pequeños retoques. Son cambios que resultarían imperceptibles de uno en uno, aunque unidos consiguen un grato efecto transformador. Afectan sobre todo a las facciones del semblante (paragolpes, parrilla y grupos ópticos), que se asemejan a las de los últimos productos de la familia, provocando un estirón de 4 cm. El nuevo y más refinado estilo también impregna el interior, modernizando la configuración del puesto de mandos y mejorando la ambientación gracias al empleo de materiales (plásticos) algo más cuidados.

La intervención, que podría quedarse ahí, en un mero retoque formal, va más lejos al contagiar al plano técnico. Además de perfeccionar su completo menú de recursos de seguridad, Hyundai aprovecha la reforma para introducir reajustes en el menú del Kona. El modelo incrementa sus dotaciones de conectividad (propone una pantalla táctil de 10,25 pulgadas con nuevas funciones) y, lo que es más importante, extiende el repertorio motriz.

El SUV ligero cierra la última fisura de su catálogo introduciendo variantes electrificadas, con hibridación ligera, de propulsores diésel y gasolina. Cubre prácticamente todos los frentes de la demanda al sumar estas alternativas mild hybrid a un reparto que ya ofertaba varias motorizaciones térmicas convencionales, una plenamente eléctrica y otra híbrida no enchufable. El candidato de Hyundai despliega, por tanto, un extenso y heterogéneo plantel de propuestas, con rendimientos desde 120 a 198 CV, combinadas con distintos tipos de transmisión manual y automática a medida; en algunos casos permite elegir entre tracción delantera y 4x4, una posibilidad que brindan muy pocos rivales.

La principal novedad del Kona 2021 obedece a la adopción de la microhibridación. La firma surcoreana con marchamo europeo electrifica parcialmente mecánicas de explosión dotándolas de tecnología de hibridación suave a 48 voltios. Este sistema se incorpora de serie al motor gasóleo CRDi 1.6 de 136 CV y aparece como una opción asociada al bloque tricilíndrico gasolina TGDi de 120 CV (reclama 1.250 euros adicionales). Consta de un generador de arranque híbrido suave, que se encarga de recuperar energía cinética de las frenadas para transformarla en electricidad; dicha energía se almacena en la batería de 48 voltios para un uso posterior en apoyos puntuales al motor de gasolina. La hibridación ligera propicia una leve reducción del consumo (de 6 a 5,8 litros en el TGDi), lo que contribuye a mitigar también las emisiones de dióxido de carbono (de 135 a 128 g/km).