Aunque los libros de historia reconocen unánimemente a Mercedes-Benz la paternidad del automóvil moderno, la pionera marca germana queda lejos de las grandes cifras de producción de colegas con vocación de masas. No obstante, pese a su decidida apuesta por la calidad antes que la cantidad, la casa de Stuttgart acaba de alcanzar los cincuenta millones de turismos fabricados en los últimos setenta y cinco años, todo un hito de producción global para una firma premium.

Mercedes-Benz ha querido que el protagonista material de la efeméride sea el primer ejemplar de la nueva generación del Maybach Clase S en asomar de la cadena de ensamblaje de Sindelfingen. En esta factoría de alta tecnología, inaugurada en septiembre de 2020, se montan las distintas variantes de la moderna berlina de lujo. Allí se fabricará, junto a los Clase S Sedán y con batalla larga, la próxima declinación EQS, con impulsión exclusivamente eléctrica.

La sostenibilidad que persigue este tipo de propuestas se ha convertido en el gran reto de futuro para la compañía. En la actualidad, su red de fabricación mundial se focaliza en la movilidad eléctrica. Para 2022, la gama Mercedes-Benz habrá incorporado un total de seis nuevos modelos EQ.

La estructura productiva global de la compañía está concebida para contribuir a los ambiciosos objetivos de sostenibilidad. Se organiza para ser “flexible, digital, eficiente y sostenible”. Su cometido es propiciar el desahogo de la producción transfiriendo capacidad entre las distintas plantas del mundo si así lo requiere la demanda del mercado. La ventaja decisiva es que vehículos con diferentes tipos de motorización salgan de las mismas líneas de montaje. Los métodos y procesos de producción se desarrollan y digitalizan de forma continua. Eso se traduce en sinergias, reducción de costes y, sobre todo, aumento de la eficiencia y la productividad dentro del entramado de fabricación.

Así, las baterías de los vehículos eléctricos Mercedes EQ son suministradas por una red global de producción de dichos componentes con plantas en tres continentes. La compañía considera que la fabricación local de baterías es un factor clave para el éxito de su ofensiva eléctrica.