AY personas apasionadas por los automóviles, al menos por algunos, y otras a las que estos les suscitan el mismo interés que un electrodoméstico. Es probable que ninguna de esas últimas haya aguantado leyendo hasta este renglón. No pasa nada. Hoy toca hablar de Cupra, una firma consagrada a satisfacer los anhelos del público más entusiasta. La marca deportiva de SEAT se lanza a volar en solitario con el Formentor, creación propia con hechura SUV y visos de cupé. Este primer Cupra por cuenta propia es algo mayor que el Ateca. Debuta con motor gasolina de 310 CV, caja automática DSG y tracción integral 4Drive. Sale a la calle con un equipamiento sin apenas resquicio a las opciones, por un precio de 44.920 euros.

No existe en el mercado nada parecido. No a cambio de esa cantidad y con una relación calidad-precio semejante. Así que, como diría un castizo, el Formentor 'unta el morro' a la prole de pretendientes SUV Premium, considerablemente más caros y no siempre tan gratificantes.

Eso sí, el emblema de Cupra es garantía de prestaciones fulgurantes, exactas y seguras, aunque aún no abre tantas puertas como otros. Así que nadie se va a comprar un Formentor por simple 'postureo', porque debutante está lejos de ser una credencial social. Es, sencillamente, una sofisticada máquina de precisión concebida y construida para satisfacción de quienes buscan no solo un coche, sino un generador de grandes sensaciones. Y la primera es, por supuesto, la deportividad.

Pero, además de ir como un cohete, de provocar descargas de adrenalina al acelerar y frenar, el Formentor brinda todas las cualidades exigibles a un automóvil de su entidad. Entre otros méritos, evidencia un confort de marcha, una habitabilidad y una eficiencia energética insospechadas, por insólitas, en la categoría.

El Cupra más Cupra es, en definitiva, el coche soñado por muchos: un automóvil de altísimo rendimiento, razonablemente respetuoso con el medioambiente, con diseño depurado cuantiosas dotaciones y precio cabal. Se vende por poco más de lo que reclaman los SUV de clase media con pretensiones.

Lo mejor de todo es que el Formentor, que no deja de compartir con el resto de Cupra su condición de purasangre, ofrece a su público una interesante coartada doméstica. La misma máquina cuyo sonido incita a apurar el potencial intuido, se puede volver un vehículo dócil y versátil, idóneo para desempeñar cometidos cotidianos. Al final, todo depende del estado de ánimo, de la actitud (y la aptitud) de quien se pone a los mandos.

Un dedo pulsando el botón satélite situado en la parte central izquierda del volante (el de la derecha es para arrancar) permite transformar el temperamento del Formentor. En función del modo de conducción elegido entre los cinco perfiles propuestos (Comfort, Sport, Individual, Cupra y Off Road), las reacciones se vuelven progresivamente más radicales. Pero nunca son del todo ingobernables para quien atesore un mínimo de pericia y sepa cuándo y dónde levantar el pie.

En la opción más efusiva del menú, los 310 caballos de la mecánica de gasolina TSI turboalimentada de 2.0 litros, que se asocia a tecnología de tracción total 4Drive y a caja de cambios DSG de siete relaciones, deparan una respuesta vertiginosa, digna de un genuino deportivo. Con la velocidad punta limitada a 250 km/h, lo que más impresiona es su capacidad para progresar de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos. En cambio, sometido a un trato sosegado, el modelo hace gala de una relativa frugalidad y deja una huella medioambiental moderada: se apaña con entre 8,2 y 9,0 litros a los cien y expele de 186 a 203 g/km de dióxido de carbono.

Esa utilización más tranquila, propia del día a día, permite disfrutar de todas las cualidades de un modelo vistoso y cómodo. El Formentor es más largo y estilizado que el Ateca -tiene 4,45 metros de eslora, 7 cm más-, repite su anchura, rebaja el techo 10 cm y recorta otros 5 su batalla; ofrece un maletero de 420 litros (65 menos). De modo que cambia esbeltez por algo de habitabilidad.

Lo compensa con acabados y materiales de calidad, acompañados de abundantes dotaciones. En la larga lista de recursos a su servicio figuran los principales sistemas de asistencia a la conducción, un puesto de mandos digitalizado, el último grito en conectividad, además de un asistente por voz que permite gestionar tanto las funciones vitales del vehículo como los servicios de información y entretenimiento.