Asier Díaz, titulado en Derecho, ha desarrollado toda su carrera profesional en el ámbito del comercio, trabajando “a nivel nacional e internacional con marcas Premium en sectores tan distintos como la moda, el packaging, el calzado y la joyería”.

Le han captado para aplicar esa experiencia en retail al mundo del automóvil…

—Es de valorar que Ortasa, un grupo consolidado y con solera, apueste por alguien que no viene de la automoción. Sin ánimo de ser pretencioso, cuando hay cambios, como ahora, a veces viene bien savia nueva que aporte frescura y experiencias de otros sectores. Mi misión es afrontar en las seis marcas del grupo las tres P de la transformación digital: Personas, Procesos y Producto. Nosotros ofrecemos en un mismo sitio seis experiencias diferentes con seis marcas punteras. Ahora hay que trasladar esa experiencia al mundo on line.

Debuta en un sector atípico y además lo hace en un momento crítico. ¿Cómo describiría el panorama?

—El mundo del retail vive un cambio muy importante. El modelo de venta tradicional está dando un giro; también en el concesionario. Ahí surgen riesgos y oportunidades que, para quien las sepa aprovechar, suponen un futuro prometedor. Las nuevas tendencias hacen que la rentabilidad del concesionario vaya a bajar si continúa con la fórmula tradicional. Pero también surgen nuevos modelos de negocio que van a suponer ingresos ligados a los servicios de movilidad. Hay que transformarse para hacer frente a esas nuevas tendencias: la digitalización, el cambio de hábitos de la clientela, energía y medioambiente, vehículo compartido, la conectividad, el coche autónomo…

Su primer diagnóstico detecta los grandes retos a los que se enfrenta la automoción.

—Hablamos de un nuevo concepto de distribución, que requiere un cambio de mentalidad para sobrevivir en un escenario donde habrá que invertir en tecnología, en procesos digitales y en habilidades adicionales para los empleados. Los desafíos actuales son el big data, los automatismos, el empleado digital, realinear ventas y marketing, así como la estrecha coordinación en la relación concesionario-fabricante.

¿Qué futuro augura al sector?

—El cliente puede albergar dudas a la hora de comprar debido a la gran variedad de tecnologías y a la incertidumbre sobre la movilidad en las ciudades. Pero no hay razón para retrasar la decisión de compra diez o quince años; y hoy menos que nunca, con las ayudas en vigor. Además, el sector está preparado y tiene fórmulas alternativas a la propiedad, más económicas y seguras a largo plazo. Vamos a ver si somos capaces de cambiar la mentalidad. En 2030, el 95% de los coches que se matriculen serán híbridos o eléctricos. El automóvil del futuro será eléctrico, autónomo, compartido, conectado y actualizado anualmente.