Bilbao -La descripción de Miguel Delgado, alma máter del grupo Lejarza, no puede ser más elocuente. Denota la consternación provocada por la pandemia, pero también habla de compromiso empresarial para remontar el vuelo, preservando la salud y el empleo de su equipo.

Es momento de tomar decisiones y seguir instrucciones.

-Hemos solicitado un ERTE de fuerza mayor, al tratarse de un acontecimiento extraordinario ajeno a la voluntad del empresario, para que el personal se encuentre protegido. Estaremos así hasta que el Gobierno diga lo contrario. No hay actividad en venta, trabajamos on line para atender y tranquilizar al cliente. Las marcas están apoyándonos y juntos nos preparamos para cuando se retome la actividad, momento en el que ofrecerán todo tipo de ayudas. También estamos en contacto directo con los trabajadores para mantenerles informados de la situación.

¿Cuándo espera retomar la actividad?

-Me puedo mojar, pero es terriblemente difícil. Sigo el mercado chino y el coreano, que están saliendo de esta misma situación. Tienen un comportamiento dispar, lento. Están tomado acciones de mucha oferta de venta; y no es muy bueno tirar dinero para vender. No sabemos cuándo nos van a abrir las puertas. Si es en mayo, sería un mes muerto en el que moveríamos en torno a un 20% del mercado habitual; en junio llegaríamos a un 40%... Nos podemos encontrar en octubre con una actividad al 50 o el 60% de lo normal. La posventa se recuperará rápidamente, tenemos un parque antiguo y hay mantenimientos y reparaciones pendientes. La venta va a costar más, tanto la de VO como la de coches nuevos.

¿La recuperación del empleo será también paulatina?

-Es otra duda que tenemos. Estamos trabajando en ello. Se pueden dar distintos escenarios. Primero hay que agotar el ERTE y luego poder abrir al 100%. Entonces nos sentaremos con los trabajadores y analizaremos la situación. Veremos qué necesidades tenemos y tomaremos decisiones con el comité de empresa. Quizá precisemos menos personal en ventas. Se podrían anticipar vacaciones, trabajar media jornada...

La situación le quita el sueño.

-Entramos en una recesión tremenda. El PIB va a ser negativo. Vamos a encontrarnos en mayo una situación mucho más crítica que en 2008. Afecta de forma directa a todo tipo de sectores, al comercial, al industrial, a la construcción... Muchos empresarios van a quedar en el camino, no van a poder continuar porque no podrán acogerse a medidas del Gobierno. Me da miedo en mi sector el tema de los impagados. En posventa hacemos muchas reparaciones que van a crédito. Algunas son de compañías de seguros, que ahí no habrá problema porque tienen recursos, pero otras son de autónomos y pequeñas y medianas empresas. Si entramos en una rutina de devoluciones, nos pueden crear un problema de tesorería importante. Hay que tener en cuenta que no estamos generando ningún recurso, no tenemos ingresos por actividad. Pero los gastos no se pueden evitar, solo reducir; hay compromisos con proveedores a los que hacer frente.

¿Qué medidas aplicaría para revitalizar el sector?

-Las marcas nos van a apoyar, pero ¿va a ser suficiente? Las ayudas por parte de los gobiernos estatal y vasco no sé si van a ser suficientes, si vamos a poder acceder a ellas. Hay que ver qué recursos se consiguen por esas vías. Lo que hagan lo tienen que hacer rápido, si tardan no va a ser solución para muchas empresas pequeñas y autónomos. Es absolutamente necesario que se aplace el IVA, mínimo 90 o 120 días, así como otros impuestos municipales, estatales, etc. Adicionalmente, tiene que haber dinero para que tengas recursos de tesorería para hacer frente al agujero que ha generado este parón.

¿De aquí se sale?

-Si hemos superado la crisis anterior, también esta. Somos un sector muy sacrificado; los propietarios y gerentes somos de una estirpe especial. Nuestra actividad es vocacional, no estamos por ganar dinero sino por moverlo y satisfacer a nuestros clientes. Entre todos saldremos adelante lo antes posible. Y no solo nuestro sector. El País Vasco se precia de una riqueza fundamental, que es la iniciativa empresarial. Eso no se aprende en las universidades, va pasando de generación en generación. Hay que tener ánimo, tener optimismo; saber moverte tocando puertas, unas se abren y otras no. Va a ser un año malo, pero en enero volveremos a estar como empezamos este, diciendo qué bien va esto. Hay que ser optimista.